Jueves 02 de abril de 2015
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En 1986, se publicó la obra ‘El otro sendero’, del investigador peruano Hernando de Soto, que recoge los resultados de un estudio del Instituto Libertad y Democracia sobre la informalidad en el Perú. Fue un “Best Seller”. Quizá por primera vez, se trató de identificar, con seriedad y objetividad, las causas de la informalidad, de precisar sus características –las que persisten en algunos países y, en especial, en Bolivia– y de proponer acciones para lidiar efectivamente con este asunto, sin afectar a los sectores de ciudadanos que se ven obligados a permanecer al margen de las regulaciones del Estado.
En dicha obra se identifican las causas de la renuencia de los ciudadanos corrientes y sin capitales considerables, de cumplir con las exigencias contenidas en una infinidad de leyes, resoluciones, reglamentos y otras regulaciones –se calculó que, entonces, en el Perú había medio millón de normas, la mayoría de difícil cumplimiento– lo que daba la idea de un Estado cada vez más hipertrofiado y crecientemente interventor en todos los órdenes de la vida ciudadana. La tiranía es, al decir de don Juan Lechín Oquendo, de burócratas “insensibles y satisfechos”, como enorme legión que, para asegurar su permanencia en la hinchada administración pública, crean recovecos en trámites sencillos además de requisitos inútiles.