La inclusión es una idea de muchos soñadores que ven un mundo para todos, sin fronteras, sin barreras, donde todos tienen cabida, donde no hay nadie que se quede al margen. Es el todo formado por sus partes, es el mar con todas sus gotas, es la rosa con sus hermosos pétalos y espinas. La inclusión es una forma de pensar, de actuar, donde la luz y la sombra están incluidas porque son parte del todo. Estos son los conceptos que queremos difundir más allá de la persona y del núcleo afectado, sino llegar a la conciencia social. Muchos pensamos que la inclusión es sólo una actitud y acción de compensación para integrar a las personas marginadas por los modelos deficitarios de inclusión: modelos arquitectónicos, modelos socioculturales que han generado barreras que dejaron al margen a los que no respondieron al modelo.
La sociedad en la que vivimos se autodefine como pluralista e inclusiva, esto es bueno, esto es reconocer que la diversidad es una realidad y es buena, es un apoyo a la libertad, a la creatividad, a la originalidad y a la evolución de todas las especies. Un mundo para todos, un mundo que de cabida a todos, donde todos puedan gozar de todo lo que el mundo ofrece, es un mundo más humano.
El problema de los marginados por cualquier circunstancia: capacidad, recursos, aspectos físicos, origen, pensamientos, no es sólo problema de ellos, va más allá del núcleo, es un problema de todos. Transmitir este enfoque de intervención social es uno de los objetivos sobre el cual se despliega un conjunto de conceptos y principios que con seguridad podrían mejorar las condiciones sociales en las que se encuentran un gran grupo de bolivianos que están excluidos por el sistema y por muchas barreras culturales, sociales y arquitectónicas que viene desde un proceso milenario de equivocaciones. La Inclusión que visualizamos es un proceso Integral en la Comunidad, es un proceso educativo conjunto, desarrollado por todos los miembros de la comunidad, orientado a viabilizar el ejercicio equitativo de derechos y obligaciones, facilitando especialmente la inclusión social de las personas marginadas en los ámbitos familiar, recreativo, laboral e institucional. Nuestra sociedad denominada pluralista tiene un proceso largo que recorrer para lograr una verdadera inclusión. Requiere una nueva visión arquitectónica, social, cultural, educativa, que reconozca en su concreción principios como la diferencia, la integración, la complementariedad, la prevención, la autonomía, y sobre todo el respeto a la Vida. Por que en esencia, todos somos iguales, todos somos hijos de un mismo Padre. Y solo la circunstancia, la conciencia y la creatividad nos ha hecho diferentes.
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