La famosa hora boliviana, es una práctica y característica del boliviano que sobreentendido revela que los plazos reales son diferentes de plazos indicados, en nuestra cultura puede ser entendido que la gente llegará una hora más tarde de lo anunciado. En este caso, uno entiende que una reunión de las 9 a.m .comenzará realmente alrededor de las 10 a.m., nadie se incomodará cuando todo el mundo aparezca a las 10 a.m., como es el caso de las y los bolivianos y en particular de las y los orureños.
Pero de un tiempo a esta parte nos hemos visto bastante sorprendidos que, cuando nuestro presidente Don Evo Morales Ayma, llega a los diferentes actos programados, ¡lo hace en hora puntual!, poniendo en apreturas a los organizadores. Eso es loable de rescatar de nuestro Presidente.
Por otra parte, en las culturas que valoran la puntualidad, retrasarse es lo mismo que demostrar desprecio por el tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto. En tales casos, la puntualidad se puede hacer cumplir por penas sociales, por ejemplo excluyendo enteramente a los que llegan más tarde a las reuniones. El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones.
En la población estudiantil propiamente del nivel Inicial en familia comunitaria escolarizada, en sus dos niveles, los niños y niñas dependientes, están supeditados al tiempo y alineación de horarios de sus padres y madres, por lo que llegar tarde a la escuela no es, mera responsabilidad del niño y niña.
Enseñar el valor de la puntualidad a los niños requiere su ciencia, ya que la noción del tiempo para los niños es diferente y además, todavía no comprenden el funcionamiento de las agujas del reloj, la puntualidad se enseña con el ejemplo, si ios padres suelen llegar tarde a los sitios, los niños no valorarán la importancia de llegar a un lugar, a la hora convenida. El valor de la puntualidad es dotar a las y los estudiantes de carácter, orden y eficacia, pues, al vivir este valor en plenitud, estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza. La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo y es problema detectado en las diferentes Unidades Educativas, que impide elevar la calidad de la educación, por lo que, es necesario buscar estrategias para volver la hoja y eliminar de raíz la mala costumbre de la "famosa hora boliviana". Por esto, en las instituciones educativas tienen doble valor, "el tiempo es oro" y es, un recurso que debe ser aprovechado al máximo, para lograr que la utilización del mismo sea de gran valía para el niño y la niña.
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