Si bien el conocimiento es una concepción propia del ser humano, en la acción y efecto de conocer la realidad circundante y en el afán que tiene el individuo de percibir o conocer, por medio de sus sentidos corporales, las impresiones de los objetos externos, le ha llevado a experimentar los fenómenos y efectos de la naturaleza, estas experiencias se han traducido en conocimiento el que a su vez le ha servido para sobrevivir en este mundo cambiante.
El conocimiento es toda aquella experiencia adquirida por una persona en el subconsciente, es la toma de conciencia de los efectos y causas de una realidad propia, el conocimiento es un conjunto de información almacenada mediante la experiencia o el aprendizaje.
El conocimiento tiene su origen en la percepción sensorial, después se llega al entendimiento y concluye finalmente en la razón. Se dice que el conocimiento es una relación entre un sujeto y un objeto.
En el Modelo Educativo Sociocomunitario esta relación es de sujeto a sujeto entendiendo que el sujeto (antes objeto) no es un ser inerte, desde este punto de vista el objeto de estudio para nosotros tiene vida, hay que estudiarlo en su forma natural e integral.
La ciencia es un conjunto de conocimientos estructurados de forma organizada y sistemática que han sido obtenidos mediante la observación y la experimentación en diferentes ámbitos de la cotidianeidad del ser humano, a partir de los cuales se generan preguntas, se construyen hipótesis y se llega a conclusiones.
Los saberes se entienden como aquellos hechos, acciones o información adquiridos por un ser vivo a través de la experiencia o la educación, mediante una transmisión de generación a generación, muy propio de las culturas ancestrales y de gran riqueza cultural.
No debe entenderse a la ciencia como un ser que está comprometido a resolver nuestros problemas, si bien la ciencia como tal ha tenido grandes avances hasta ahora, es deber de todo ser humano incorporar todos los elementos más útiles y de beneficio común para aplicarlos en nuestra vida diaria.
Gracias al avance de la ciencia hoy disfrutamos de los beneficios que nos aporta la tecnología, pero desde otro punto de vista a la ciencia no hay que verla como un elemento destructor de la naturaleza, sino debemos aprovechar sus beneficios para utilizar sus recursos para el uso racional de nuestros recursos y una vida armónica.
La educación en esta coyuntura debe incorporar esos saberes y conocimientos en la currícula por varias razones: una la de recuperar nuestra identidad cultural, la de revalorizar nuestra cultura, la de realizar una convivencia armónica con la naturaleza, y la de dejar un legado a futuras generaciones.
El rol del maestro en esta línea es conocer, investigar y poner en práctica todos esos recursos culturales que hasta ahora han sido relegados y menospreciados
No cabe duda que el conocimiento y la ciencia produce poder de dominio y un afán de poder, del que no podemos ser presa y considerar a la ciencia como un instrumento de poder para dominar sino para compartir, la decisión es nuestra la de realizar una investigación una mirada desde una perspectiva diferente para cambiar este mundo.
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