La puntualidad

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Ser puntuales en las actividades del diario vivir nos cuesta cada vez más, esto sin tomar en cuenta algunos accidentes o eventualidades que podamos encontrar en el camino, como el tráfico por ejemplo, aspecto que con el tiempo hacen que la impuntualidad se vuelva un hábito.

La puntualidad refleja la integridad de la persona, esperar demasiado, no llegar a tiempo, etc. es considerado como una falta de respeto hacia el otro individuo, a las personas respetuosas y responsables no les cuesta ser puntuales porque ser puntual ya es parte de su forma de vivir y distribuyen su tiempo para no tener irregularidades.

Como padres necesitamos estar seguros que inculcamos el valor de la puntualidad, pero también necesitamos ser puntuales nosotros mismos, explicarles a nuestros hijos qué significa ser puntual y las razones por las que necesitamos ser puntuales todo el tiempo.

Llegar a tiempo es motivador para la persona como también favorece las reglas interpersonales, es motivador también para cualquier acto social sea formal o informal, llegar a tiempo motiva las relaciones de amistad, en un equipo, o en una situación laboral.

Los adultos somos conscientes de la hora del día en que vivimos, y con ayuda del reloj podemos organizar nuestras actividades del diario vivir, sin embargo la noción de tiempo que tienen los niños es diferente por lo que les cuesta organizar sus actividades y no miden su tiempo.

Crear rutinas en los niños los ayuda no solo a sentirse seguros sino a crear hábitos a pesar de no saber medir el tiempo, les guiará para saber que después de levantarse de la cama tienen que lavarse, después vestirse, desayunar e ir al colegio por ejemplo.

La puntualidad se enseña a los niños con el ejemplo, si los padres suelen llegar tarde a sus actividades entonces los niños no valorarán la importancia de llegar a la hora convenida a algún lugar, la impuntualidad da una mala imagen a la persona, una persona impuntual es vista con poca seriedad y con incapacidad de organizar su tiempo.