El Presidente norteamericano Barack Obama ha cometido un grave error estratégico al firmar una orden ejecutiva, el 10 de marzo pasado, que considera a Venezuela como una amenaza para su seguridad nacional y política exterior. Esta última es una verdad a medias que pone al descubierto las verdaderas intenciones de Estados Unidos en la actual coyuntura. Y la respuesta se puede encontrar en los conflictos locales de Siria, Irak y Ucrania que adquieren connotaciones globales por la participación activa de las grandes potencias. El Imperio del Norte está sometido a un proceso de debilitamiento de su influencia en todo el planeta debido a una errada comprensión de cómo se están desarrollando las relaciones internacionales a 35 años de la caída del Muro de Berlín y la posterior disolución de la Unión Soviética.
El síndrome traumático que afectaba a Rusia como potencia heredera de los triunfos del socialismo real en la ex-URSS, y que le impedía encontrar su lugar en el concierto internacional, ha sido curado y los líderes rusos, bajo la dirección de Vladimir Putin, ven con claridad que su país tiene todo el derecho a tener un lugar preponderante en el futuro de los seres humanos. Lo mismo pasa con China a partir de su impactante desarrollo de las últimas décadas. Así, ya no existen espacios para seguir recreando un mundo unipolar encabezado por los Estados Unidos. Esto es precisamente lo que enfurece a Barack Obama como nítido representante de los grupos de poder de Washington.
Pero, existe otro elemento crucial: la insolencia de la mayoría de los gobiernos de países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia y otros, los que no están dispuestos a seguir permitiendo relaciones verticales con los Estados Unidos como sucedía en el pasado, cuando ellos definían el destino de nuestros pueblos. Los norteamericanos tienen una larga historia de intervenciones en la parte central y sur del continente, a partir de la Doctrina Monroe de 1823, cuyo principal mensaje es: “América para los americanos, o sea para los norteamericanos”. Durante casi dos siglos, no solamente intervinieron descaradamente en los asuntos internos de países débiles en todos los órdenes, derrocando gobiernos a gusto y sabor, sino que impusieron sus políticas económicas y sociales de amplio sometimiento. En el siglo XIX, ocuparon territorios mexicanos incrementando su espacio en varios millones de Km2 y se apoderaron de Cuba y Puerto Rico, impidiendo su plena independencia; en el siglo XX, forzaron la separación de Panamá de Colombia, invadieron militarmente los territorios de Nicaragua, Haití, República Dominicana, Grenada y Panamá, masacrando a dignos luchadores por su soberanía.
Para justificar la supuesta amenaza, Obama y sus ayudantes alegan que el Gobierno venezolano está violentando los derechos humanos de sus ciudadanos y que mantiene estrechas relaciones con países hostiles a Estados Unidos: Irán, Rusia y China. Pero al margen de los términos altisonantes de la orden ejecutiva, no piensan en una intervención militar directa por su elevado costo político, que no humano, y la coyuntura internacional desfavorable. Simplemente pretenden amedrentar al Presidente venezolano, Nicolás Maduro, y fortalecer a la oposición para que ponga fin al régimen populista, el que nada tiene que ver con el socialismo revolucionario, además de sentar un precedente para que otros regímenes parecidos, que no iguales, al del país bolivariano, frenen sus anhelos emancipatorios.
Obviando, temporalmente, el tema del fracaso del régimen populista venezolano, corrupto e ineficiente, de sus descalabros en una gestión pública irracional e inepta; no es posible, ni digno, apuntalar los despropósitos de los imperialistas yanquis. La oposición venezolana tampoco merece absoluta confianza, su aura neoliberal es plenamente visible y tendría que pasar mucha agua bajo el puente para que cambie. No obstante, los pueblos latinoamericanos no deben permitir nunca más, por encima de regímenes lacayunos como los de Chile, Perú y México, que Estados Unidos nos amenace y pretenda definir nuestro destino.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.