La necesidad de psicopedagogos en las unidades educativas fiscales
16 mar 2015
Ximena Jacqueline Conde Ramírez
En la época de los años 90´s existían en los colegios los llamados “orientadores”, profesionales psicólogos que tenían la función de ocuparse integralmente de los escolares y estudiantes con problemas de conducta, la que se reflejaba en actitudes de rebeldía, agresividad y muchas otras, en comportamientos nocivos que podían percibir las maestras y maestros al interior de las aulas. Se trataba de una ayuda muy beneficiosa para el trabajo de las y los profesores y la formación de los alumnos.
Con las reformas posteriores, los orientadores fueron excluidos del sistema educativo, sin haberse conocido el motivo concreto. No obstante, estos profesionales sí son muy necesarios en las unidades de formación elemental, especialmente debido a los cambios bruscos que se han producido en nuestra sociedad, particularmente al interior de las familias (divorcios y padres que se ausentan por motivos de trabajo al interior y exterior del país). También el avance tecnológico en el mundo juega un papel crucial (Internet y redes sociales), hecho que ha cambiado el modo de ser y comportarse de las niñas y niños y adolescentes.
Los escolares y estudiantes llegan a las unidades educativas (antes escuelas, liceos y colegios) con muchos problemas, los que a veces el docente trata de resolver, apoyando al estudiante a partir de sus conocimientos no específicos (no es psicólogo), pero existen casos especiales que necesitan el concurso de un equipo multidisciplinario y, específicamente, la presencia permanente de un “orientador psicopedagogo”, situación que beneficiaría mucho a maestros y educandos.
La apretada economía de las madres y padres de familia que tienen a sus hijas e hijos estudiando en unidades educativas no les permite contratar un psicólogo particular y los que son gratuitos no cuentan con espacios para atender a gran cantidad de educandos con problemas de conducta en todas las instancias de formación elemental.
Además, el nuevo modelo educativo nos propone una educación inclusiva, la que implica que escolares y estudiantes con capacidades diferentes ingresen libremente a las instituciones de enseñanza sin ningún tipo de restricción, dando lugar a que los maestros se vean obligados a desarrollar adaptaciones curriculares, según la naturaleza y el grado de discapacidad. Pero hay que tomar en cuenta, de manera urgente, que el educador, pese a que investiga y se capacita para trabajar con estas personas, necesita de todas maneras del apoyo de un psicopedagogo para un trabajo integral y con resultados positivos.
¿Acaso no es indispensable que el Ministerio de Educación reflexione y lleve a la práctica la dotación de ítems para psicopedagogos en unidades educativas fiscales? Si estamos en una época de cambios y mejoramiento estructural de la educación en Bolivia se debe atender perentoriamente esta sentida necesidad. Su materialización no hará más que ayudar a solucionar un problema de gran importancia para la sociedad.
(*) Profesora
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