Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28

Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8
Programa de vida a partir de los 70 años - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Loading...
Invitado


Domingo 15 de marzo de 2015

Portada Principal
Cultural El Duende

Programa de vida a partir de los 70 años

15 mar 2015

Manuel Moledo

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

En primer lugar, amar la soledad y hacerla fecunda. Ni la menor pretensión de retener a los demás a mi lado. Gozar viendo que uno no es un freno para sus vidas. La soledad de los postreros años o quizás días, puede ser fecunda… Son tantas las riquezas que a lo largo de los años vividos se pueden reunir, que es lo justo y lo bueno hacerlas rendir todo lo que puedan dar de sí y hacerlo en silencio y en la paz… Hay tanto también que purificar y rectificar… ¡Tarea maravillosa!

Y, ¿por qué no? Goethe acabó su segundo “Fausto” a los 83 años; Verdi compuso el “Te Deum” a los 85; Tiziano pintó la batalla de Lepanto a los 95. Pero no es esto lo que importa, es privilegio de hombres insignes y yo no soy uno de ellos. Hay algo mucho más importante y trascendental: la difícil dignidad que se dimana de las obras, sino del ser. Esta es la que tengo que cuidar y cultivar en la vida que me resta vivir. Cultivaré con ahínco lo que en mí –poco, creo–, pueda ser sabiduría, que no es tanto ciencia y brillo, sino profundidad y buen sentido, que es incluso reconocimiento documentado de la propia ignorancia, que es también olvido sabio de derechos y consideraciones.

Cultivaré la capacidad de formular un juicio más exacto –cuando es oportuno– sin precipitaciones presuntuosas, con desapasionamiento…

Cultivaré la convicción de que más vale perdonar que tener razón…

Cultivaré la paciencia, la fidelidad, la aceptación, la comprensión…

Cultivaré la serenidad que no es indiferencia, la benignidad que no es falta de coraje, cierta oposición que no sea sistemática sino razonada, que no se inspira en el resentimiento sino en la experiencia vivida y no proclamada: que no se formule con mordacidad, sino con humor, que no sea hostilidad sino una forma, tal vez penosa, pero muy útil de cooperación.

Viviré de tal forma que mi vejez no sea vejez, sino vida renovada durante más tiempo, una sucesión de “juventudes sucesivas” como decía Lacodaire.

Que me importe poco que el cuerpo envejezca, mientras mi espíritu, inteligencia, mi capacidad de amar se renueve.

¡Dios me ayude!

* Monseñor Manuel Molledo. Argentino

Para tus amigos: