Viernes 13 de marzo de 2015
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Tras el fallecimiento, el alma desencarnada puede decidirse hacia el camino a través de los ámbitos de purificación es decir, los siete planos que nos separan del hogar eterno. Sin embargo muchas almas se empeñan en venir a una nueva encarnación porque en el Más allá, a través de dolor y sufrimiento, el alma tiene que soportar, sufrir, sentir y experimentar en imágenes lo, que siendo un ser humano, causó a otras personas. Por ejemplo cómo trató a su prójimo, cómo lo desvió de su camino, cómo lo influyó, lo obligó, o tal vez indujo a cometer actos dañinos.
Jesús de Nazaret nos dejó una buena ayuda cuando dijo: “Arregla lo que tengas pendiente con tu prójimo, con quien ahora vas de camino, antes de que el alguacil te lleve al juez y este a la cárcel. Yo te digo, no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo“. Cada día en la Escuela Tierra está la ayuda para cada persona, también la fuerza necesarias para superar lo que ha de ser superado, también para ponernos en paz con nuestro prójimo.