Miercoles 11 de marzo de 2015

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Van seis años que Roger Pinto tiene al gobierno del Presidente Evo Morales contra la pared y afligido por sus acusaciones, como ocurre ahora, que ha desatado la furia de la cúpula masista.
Lo que dijo Pinto a unos periodistas bolivianos en una entrevista vía Skype la semana pasada es lo que dijo siempre, que el Gobierno está infiltrado por el narcotráfico de pe a pa, desde la cabeza a la cola.
Aquí hay una falla para los intereses de Bolivia: ¿por qué no se escuchó a Pinto desde que él dijo que tenía pruebas de esas infiltraciones?
Él ofreció los documentos al propio Presidente Morales. Dijo públicamente que quería entregárselos en mano propia, pero no se lo permitieron.
Fue la primera vez en la historia del país que una persona, armada solo con una carpeta llena de documentos, ponía a todo un gobierno a la defensiva, cerrado entre cuatro paredes.
Cuando llegó al Palacio Quemado, las puertas estaban cerradas por dentro. Quiso entrar por las puertas de servicio, pero también estaban clausuradas. Y solo quería que alguien sellara un papel en el que constara que la documentación fue recibida por el Gobierno. No le permitieron entregar unos papeles. Las puertas estaban cerradas.