Después de una consulta realizada entre ciudadanos asistentes a varias de las ferias que funcionan en diferentes ciudades del país, analistas de la situación comercial que se produce en el gran mercado nacional, coinciden al señalar que buena parte de compradores busca productos “de marca” y desecha la producción nacional.
El hecho corrobora el ejecutivo de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa de Bolivia (Conamype), al indicar que “Bolivia es consumista del 85 % de productos extranjeros que vienen del contrabando, especialmente los productos chinos, de otros países asiáticos como Corea y algunos países vecinos”.
Frente a esa demanda de producción externa con sellos especiales algunos micro productores bolivianos buscan solución a sus problemas de venta, falsificando etiquetas que se colocan en productos de contrabando, incluso en algunos casos en ropa usada que ingresa como nueva al país. Según el denunciante el fenómeno se presenta en talleres textiles de El Alto, donde hay interesante producción nacional que sólo se vende si tiene marca extranjera, como Adidas, Puma, Nike y otras muy requeridas, pero dejando de lado la calidad.
“Hay una cultura de consumir lo extranjero”, se denuncia, aclarando que tal situación es parte de un fenómeno altamente perjudicial a la producción del sector micro empresarial, pero…es una extraña solución de auto competencia para poder sostener cierto ritmo de producción, especialmente en textiles, prendas de algodón y con fuerte incidencia en camisas de varones, pantalones y prendas deportivas.
El hecho tramposo que se admite en el medio productivo nacional es sin embargo parte importante de la masiva producción china, donde realmente las marcas juegan un rol determinante en la venta de esos productos que saturan los mercados del país y de otros vecinos.
Resulta que además, una buena parte de las utilidades que se obtienen por ese comercio chino no benefician en absoluto a la economía nacional, pues importantes montos del dinero boliviano fortalece la economía china al obtener grandes utilidades por su masiva exportación de todo tipo de prendería y “de marca”, mientras que las micro empresas nacionales languidecen, aunque producen prendas de mejor calidad, pero con sello “Hecho en Bolivia”.
Sin embargo se dan casos especiales, cuando el producto boliviano es reconocido por su calidad en mercados externos, es el caso de EE.UU. donde las compras de textiles tenían alta demanda que se cubría gracias al tratado de libre comercio y ventajas arancelarias. Venezuela y Argentina, también Colombia han mostrado su creciente interés en las prendas bolivianas, muy particularmente las de algodón, lástima que nuestra producción sea limitada y desfavorecida por la competencia china e internamente por el “consumismo de marcas” que prevalece en ciertos segmentos de la comunidad.
Frente a este hecho tan claro y contundente es que los afectados, en este caso los afiliados a la Conamype, plantean al Gobierno la emisión de medidas proteccionistas y de incentivo al productor boliviano, además de ejercer fuerte control para limitar y mejor eliminar el contrabando.
Se menciona que este mes de marzo se pondrán en funcionamiento cinco Centrales de Innovación Productiva (CIP) con una inversión cercana a 20 millones de bolivianos para favorecer los rubros de textiles, cuero y madera. Se beneficiarán El Alto, Cochabamba y Potosí. No se tomó en cuenta Oruro, distrito donde el contrabando chino y la ropa usada hacen estragos.
Fuente: LA PATRIA
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