Miercoles 04 de marzo de 2015
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Editorial y opiniones
Raíces afrobolivianas
El Alto en medio del crecimiento incesante y la desorganización
04 mar 2015
Jorge Medina Barra
El Alto es y seguirá siendo una ciudad en crecimiento constante, donde personas del altiplano llegan para cambiar su estilo de vida, buscar trabajo o simplemente emprender alguna actividad económica. Esos intereses han posibilitado que la urbe alteña emprenda un crecimiento envidiable, pero descontrolado al mismo tiempo, pues existen familias que, debido a la pobreza, deben hacer peripecias para llevar el pan del día a sus hogares.
Son diferentes facetas que se observan en El Alto, donde zonas residenciales como Ciudad Satélite, Alpacoma, Villa Adela u otros muestran la capacidad de su gente de mejorar, junto con sus autoridades locales, sus condiciones de vida; no obstante, la situación se torna diferente en las laderas, donde los asentamientos humanos, en sitios sin acceso a servicios básicos, hace que el crecimiento vaya acompañado de desorganización.
Las particularidades de esta ciudad son la creatividad e iniciativa de sus pobladores, que son capaces de emplear la creatividad para emprender todo tipo de negocio comercial, de ahí que uno se sorprende de las artesanías, obras u objetos que encuentra en la gran Feria de la 16 de Julio. Pero su rostro cambia al ver la Ceja y zonas aledañas, donde el comercio de licores en bares ubicados unos sobre otros y a lado de otros, junto a los niveles de criminalidad, muestran una ciudad todavía frágil en torno al crimen.