Loading...
Invitado


Domingo 01 de marzo de 2015

Portada Principal
Cultural El Duende

Etnairis Ribera

01 mar 2015

Etnairis Ribera. San Juan, Puerto Rico, 1949. Poeta, ensayista, narradora y guionista. “Gran Premio de las Letras 2008” por el PEN Club de Puerto Rico. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, portugués, sueco y árabe.Ha publicado “Dondequiera” (1974); “María Mar Moriviví” (1976); “Canto de la Pachamama” (1976); “El día del polen” (1981); “Ariadna del Agua” (1989); “Entre ciudades y casi paraísos” (1995); “El viaje de los besos”, “De la flor del mar y de la muerte” (2000); “Intervenidos” (2003); “Memorias de un poema y su manzana” (2005) y,“Los pájaros de la diosa” (2009).

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Las manzanas sobre la piel

¿Dónde está el corazón escindido?

Un año causal entra sorbiendo a Eros. Que suene el saxo,

que no se detenga, que caiga toda la nieve que antoje

y duermas a mi lado. Voy a donde no haya estado antes

y el cielo me levante de la tierra, me cante una larga balada

antes que devore la fibra mía, cada elemento.

Es el sabor de las manzanas añejas sobre la piel,

la limosna de algún dios.

Del hombre, su sabor a nectarina

Recoge las redes y descubre con exactitud

el rumbo del viento, si la piel de la fruta se oculta

a tu boca, se debate ahora por el deseo o la fuga.

¿Es que hay algún insospechado lugar

para este mástil vagabundo?

Tierra íntegra, cuerpo donde acostar tu bruma, tu flor,

tu antorcha, en la gustosa hoja de la vid.

Recoge las redes y ama la semilla del instante y siente

y abraza del hombre su sabor a nectarina.

De la noche al alba

Será mi nombre crisálida, bruja, Mar del Egeo.

Dirán del poeta que no tema que de la noche al alba

conmigo copuló mientras reía olvidándose como un río.

Reinventándonos a plena luz, entre blues y agua,

bebimos una abierta frontera, la hazaña

de nuestra propia conquista.

Mejor danza no la hubo en nueve lunas

ni fuego ni constelación para nombrarla.

El hilo

Aquel laberinto lame sus adoquines.

Descubre el himen y el espejo de unos lazos.

En la vieja ciudad, Ariadna pasa entre sus muslos el hilo

antes de entregarlo como un mapa,

y brinda por un nómada corazón, por la esmeralda,

por las huellas encendidas del tigre.

El carnaval cuelga de los balcones,

mitad incógnita, mitad de un viaje en el asombro.

La danza

Sobre mi último aliento que dancen palomas y estrellas

en el mar, la primavera de los hombres bellos y el alba.

Testigo de lo que acontece, que dance el aroma

difundido del momento, los peces de fuego

que nacerán de mi madera.

Oh, dulce sortilegio y abandono, fragmento de cielo

imperfecto, el nombre ancestral de los días, que dance.

La mascarita del tiempo

Ando en el cuerpo con la mascarita de tiempo

estrujada en la mano.

Mi cara es un antifaz contra todas mis caras.

Conozco la mano que me aparta, el hilo

que circunda un espacio de pronto reducido.

Allí permaneció el despierto transcurrir, el pájaro,

todos aquellos matutinos homenajes.

La noche avanza trenzada al cuerpo, la veloz noche,

lo rojizo del segundo, esa bandada que pasa,

despide al sol y me lleva consigo.

Conozco el antiguo talismán de la espina y la rosa

cuando la luna es una boca que huye

y en la puerta de casa, la piel aguarda su turno.

De tu cuerpo al mar

De tu cuerpo al mar hay solo un beso

que permanece en la distancia como ola,

de tu cabello enhebrado de luna a la noche del agua.

Esbelto y destellante lo que tu cuerpo encubre,

guarida y luz apacible, morada del fuego y pirueta,

la cúspide de cualquier estación, los puentes no cruzados

y los caminos que espera,

una costa dorada o un desierto indescifrable,

tu celeste cuerpo, oliendo a tierra después de la lluvia,

la fuga ritual del día cuando pongo en mi boca al mundo.

El preferido de la diosa

Pero de todos los pájaros,

de sus nombres y siglos, de sus continentes,

de sus cantos y elementos,

eres tú, el de ahora, el de este instante

irrepetible,

el pájaro en tu cuerpo, en tus ojos,

el pájaro entre tus piernas, en tus pensamientos,

el pájaro de tu boca que despierta sueños y lluvias,

el pájaro aquí donde me encuentro,

el que deseo,

el preferido de la diosa,

la temible seductora que nos enlaza

y nos hace olvidar la muerte,

el preferido.

Los poemas que se publican en esta página están incluidos en “Poesía de América Latina para el Mundo” (2013) compilado por Roberto Arizmendi.

Para tus amigos: