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Viernes 27 de febrero de 2015

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Perspectiva Minera

ENFOQUE:

En busca de buenas señales

27 feb 2015

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La minería y la metalurgia en nuestro país, necesitan de apoyo importante para su desarrollo, especialmente en el tiempo presente cuando el ciclo de los bajos precios se convierte en una mala jugada para los productores del sector, tanto los privados, como el Estado e incluso los cooperativistas.

Se trata de un proceso que proviene de las últimas gestiones y que podría persistir por algún tiempo más en función a la situación reinante en las grandes economías industriales, las que comercializan con nuestras materias primas y compiten entre sí por lograr hegemonía industrial.

La crisis de precios puede prolongarse indefinidamente, aunque existen ciertas esperanzas de que se produzca un cambio en el movimiento financiero mundial y en el caso de los países asiáticos, que permita una recuperación de precios en los commodities, para dar paso a un “reabastecimiento” de materias primas.

En todo caso, se trata de posibilidades que puedan darse o no, en un tiempo relativamente corto, mientras tanto las necesidades de nivelar los costos de producción en nuestro medio son extremadamente urgentes y esto amerita la aplicación del anunciado “plan de contingencia” para salvar la actividad en la mayoría de los centros productivos mineros, evitando un cierre de minas y por supuesto el lógico despido de trabajadores.

La idea “contingente” pasa por aplicar planes de mayor producción, eso significa aumentar los volúmenes de minerales para su tratamiento en ingenios y su comercialización externa en tanto el Complejo Metalúrgico de Vinto esté en condiciones de absorber toda la producción de concentrados de la minería nacional, especialmente en el caso del estaño.

Una obligación técnica – operativa es el establecimiento de un precio “tope de piso” que permita balancear los costos de operación, entendiéndose que más abajo de ese límite, significa un trabajo en pérdida. Ahora bien, ese hecho tiene sus variables por sectores, la minería estatal está en un rango que no es el mismo del sector privado, en tanto que las cooperativas se favorecen con menores costos de operación.

Por lo mismo, este resulta ser un periodo particular para movilizar alternativas que tienen que ver con planes de prospección y exploración, en la búsqueda de nuevos yacimientos mineralizados que puedan facilitar volúmenes adicionales de minerales para su tratamiento, exportación o dotación de cupos a las fundidoras nacionales, incluso Karachipampa que también necesita una buena cantidad de concentrados.

El asunto no es complicado, si se adoptan como políticas de emergencia algunas medidas que garanticen las inversiones nacionales o extranjeras, para encarar proyectos de envergadura, tanto en minería como en metalurgia enfrentando de la mejor manera el ciclo de los precios bajos.

Hay opciones de inversión, pero todavía faltan “reglas claras” de juego para garantizar el uso de capitales y tecnología, favoreciendo el desarrollo de proyectos que sumarán réditos concretos para beneficio del país, de las comunidades donde esté asentada la operación minera y de los municipios a través de las regalías mineras.

Todo depende del criterio técnico, pragmático y garantizado desde niveles superiores, para retener las inversiones y no generar su fuga, con medidas más políticas que verdaderamente operativas.

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