Miercoles 25 de febrero de 2015
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El poder de policía es un concepto doctrinario con aplicación universal, que consiste en la facultad que tienen los Estados para limitar o restringir los derechos y libertades de las personas en relación a los derechos y libertades de los demás, todo en procura del cumplimiento de las leyes, del mantenimiento, el orden, la seguridad y la libertad en beneficio del conjunto de la sociedad.
La función de policía comprende actividades operativas y administrativas, las que son sistemáticas y concretas, que tienen por objetivo final el satisfacer las necesidades de seguridad individual y seguridad común de las personas (seguridad ciudadana), mediante la aplicación del recurso denominado “Poder de policía, que no es más que el poder de la autoridad, aplicada contra las perturbaciones del orden a consecuencia de las conductas individuales y también colectivas de las personas, siempre dentro de un entorno social como medio imprescindible para su ejercicio”.
Si bien todos los Órganos del Estado ejercen el poder de policía en alguna forma, es la coerción la más utilizada por ejemplo por los jueces, fiscales, autoridades electorales, inspectores de trabajo, etc. Sin embargo, esta coerción o empleo mismo de la fuerza es de uso exclusivo de la Policía Boliviana, siempre y cuando se direccione a garantizar el orden interno, el orden público o en su caso la seguridad ciudadana. Un claro ejemplo se da cuando un juez que emite un fallo, recurre a la fuerza pública para hacer eficaz su resolución, esto es hacer eficaz el derecho garantizando su cumplimiento. Entonces surge la pregunta -¿Cómo se logra la eficacia del cumplimiento de la ley? -simplemente recurriendo a la fuerza pública, que debe ser aplicada por la policía de acuerdo a la necesidad, proporcionalidad y legalidad.