Las experiencias de cualquier emprendimiento sea público o privado, han demostrado a la mayoría de la humanidad que la honradez es fundamento de la responsabilidad; es decir, de la responsabilidad que hace al hombre autor honesto de sus actos, propugnador de la virtud y de valores y principios. Es la honradez en los comportamientos la que determina muchas veces el éxito de lo que se quiere hacer; es esta virtud la que permite al ser humano actuar con fidelidad y lealtad a sus propias virtudes y es la honradez la que implica crecimiento de los valores; en otras palabras, la honradez y la responsabilidad determinan un accionar permanente de la moralidad.
Las constituciones políticas de los Estados que son raíces de las leyes que imperan para el cumplimiento de deberes y responsabilidades y, por otro lado, regulan el comportamiento de las instituciones y las personas, están basadas en los diez mandamientos de la Ley de Dios porque señalan todo aquello que complota contra el ser humano y muestra, a la vez, los deberes que debe cumplir cada persona como parte de su responsabilidad consigo misma y con el entorno que le rodea.
Lo grave que ha derivado en incumplimiento de la Constitución y las leyes es que muchos regímenes de gobierno en el mundo, han degenerado con sus actos el significado del bien y han actuado en contra de lo que más deberían respetar como son las leyes, tanto las leyes morales como las civiles que están amparadas y reguladas por la Constitución; esto ha significado que se pierda la noción de lo bueno y, para empezar, se violen los derechos de las personas y se obre contrariamente a lo que el sano raciocinio, la conciencia y las leyes determinan.
La presencia de dictaduras, de regímenes totalitarios ajenos al bien común, las prácticas de hedonismo, la permisividad con el delito, la presencia y crecimiento de acciones criminales, el narcotráfico, el contrabando y la corrupción en todo sentido, son muestra de que son prácticas ajenas al crecimiento y bienestar de los pueblos. Son graves errores que se han cometido en la historia de la humanidad porque han socavado todos los cimientos de la moral y han subyugado los valores éticos de quienes debían cuidar que la Constitución y las leyes que deben regir la vida de los pueblos, no quede anulada y hasta destruida por quienes obraron en contra de lo primigenio que es la propia conciencia que se basa en la moral.
Es importante que todo gobierno que implica servicio al pueblo, tome en cuenta que la honradez en los sentimientos y en los actos debe ser la guía de conducta para demostrar que hay responsabilidad en lo que se hace y, conforme a ello, responder ante quienes tienen el poder de juzgar, perdonar o condenar en nombre de la Constitución y las leyes. No actuar con honradez es olvidar los principios que regulan la vida del ser humano; es hacer abstracción de todo lo beneficioso que es vivir conforme a la moralidad que, más temprano que tarde, redunda en beneficio común de todos los componentes de la sociedad humana.
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