Febrero está a poco de concluir, pero como se trata de un mes muy especial para Oruro y en la presente ocasión con doble motivación, la celebración histórica de los 234 años de la revolución liberadora del yugo español que se conmemoró el 10 pasado y cuatro días después el desarrollo del gran evento devocional, tradicional y folklórico, como es el Carnaval nos permite recordar algunas promesas particularizadas por el Presidente Evo Morales.
Como todos los años los orureños estuvieron expectantes de los anuncios que se harían como parte del acostumbrado obsequio de Efeméride y este año después de dos estrenos que funcionarán más adelante, el caso del nuevo ingenio de Huanuni y el horno Ausmelt de la Fundición de Vinto, surgió una interesante promesa y que tiene que ver con la construcción de tres dobles vías que se originen en la jurisdicción del Departamento de Oruro.
La proyección es realmente positiva pues de cumplirse significará colocar a Oruro como el distrito con la mayor infraestructura vial, moderna y de conexión internacional a través de tramos de doble circulación, que serán parte de la red fundamental.
Actualmente la doble vía Oruro–La Paz, se consigna como parte del patrimonio departamental no otra cosa configura tal situación, cuando se la inauguró como un homenaje a la celebración patriótica de Oruro y su contribución revolucionaria de 1781. Un buen regalo.
La ocasión sirvió también para que el Primer Mandatario anuncie la futura construcción de otras tres dobles vías en Oruro, una que ya comenzó entre Caracollo y Confital, por supuesto hacia Cochabamba; otra estaría planificada en la ruta hacia Pazña y Challapata, un sector turístico y otro productivo del departamento.
Sin embargo el anuncio que llenó de contento tiene relación con una doble vía entre Oruro y Pisiga, ese anhelado camino asfaltado que consolidará la más importante vinculación bioceánica para acercarnos en tiempo relativamente corto con puertos del norte chileno entre estos Iquique, cuyo alcalde incluso se muestra partidario de “ceder” una salida marítima a nuestro país.
Hay que incluir en el proyecto global de desarrollo departamental la pronta habilitación del Puerto Seco, que complementa ese anhelo orureño de encarar un movimiento de alto tráfico comercial, de importaciones y exportaciones y qué mejor si se produce en una doble vía.
Sin embargo la oportunidad es propicia para plantearle a nuestro Mandatario, la necesidad de disponer con urgencia la conclusión de un tramo corto de asfaltado entre Toledo y Ancaravi, trabajos que se prolongan más de lo necesario impidiendo que el proyecto sea concluido y entregado como corresponde, bajo las garantías de las empresas responsables de la ejecución de una carretera que ya excedió su tiempo límite de ejecución.
Indudablemente que la promesa presidencial debe cobrar efecto en un tiempo relativamente aceptable, es decir ese periodo de cumplimiento de las normas legales que significa la licitación internacional, la respuesta de interesados y su adjudicación.
En el último tiempo sobresale la idea de consolidar un proyecto de envergadura para Oruro, dejando los micro planes y dando paso al establecimiento de la “macro – región” en cuyo interior se emplazarán los más importantes programas de alto desarrollo productivo y con visión de expandir sus operaciones y beneficios hacia las zonas de influencia comercial, nacional e internacional. En este contexto, sin lugar a dudas, la construcción de más dobles vías para Oruro y en especial una hacia Pisiga, será una compensación histórica al anhelo y la paciencia regional.
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