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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Después del gusto está el disgusto - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Otra parte típica de nuestro Carnaval observar la brillante participación de medio centenar de grupos folklóricos, sumando miles de devotos que hicieron su peregrinación hacia el Santuario de la Virgen del Socavón, cumplieron su promesa con íntima satisfacción de fe y esperanzados en que sus plegarias y esfuerzo tendrán la milagrosa recompensa de la Patrona del Carnaval.
En el segundo día de festividad y propiamente en Domingo de Carnaval, ya sin ritual religioso y más bien desatando la algarabía de la ocasión, los mismos grupos desfilando en otro orden con relación al sábado llegan hasta la Plaza del Folklore y luego se dirigen a la sede de cada conjunto o la casa de fiesta, donde pasantes y padrinos están “obligados” a una atención especial a los danzarines.
Para el público que se solaza en las graderías, se trata de un día más de baile, aunque en domingo con cierta informalidad, algunos grupos sin caretas de rigor, inclusive con ciertas libertades para alegrarse en el recorrido, pues no faltarán “comedidos ayudantes” que facilitarán el convite de alguna bebida espirituosa, pero la dedicación es de diversión y de saludo al Rey Momo.
Se trata de otra jornada con igual recorrido que el anterior y en la sumatoria de las dos jornadas se trata de casi diez kilómetros en dos jornadas de ofrecer un baile sincronizado, armonioso, ágil en unos casos, ceremonioso en otros, altivo y hasta violento en otros, lento y parsimonioso en una demostración que cautiva, que emociona y desborda de entusiasmo a miles de espectadores de todas las edades y clases sociales, este Carnaval es demostración de unidad absoluta entre danzantes y entre espectadores. Una muestra de la mayor convivencia democrática, pacífica y esplendorosamente amistosa.
Sentir, participar y extasiarse con dos días de la más grande demostración de baile y colorido de indumentarias, variedad de ritmos interpretados de manera incomparable por las bandas orureñas, es llenar espíritu y sentimiento con el sabor y el gusto del Carnaval de Oruro, para sentirlo por mucho tiempo.
Para quienes quedamos en la ciudad la satisfacción del deber cumplido, empero sintiendo la resaca de una diversión inusitada y sabiendo que después del gusto, debemos afrontar el disgusto.
Serán por lo menos, y eso es lo molestoso, quince días luego de los feriados para que la ciudad recobre su habitualidad, que sin ser un dechado de virtudes es siempre menos complicada que tener rutas importantes llenas de fierros y maderas y saldos del uso indiscriminado de esquinas, rejas de boca tormentas saturadas de enorme cantidad de basura.
Es la parte más complicada del Carnaval, restablecer actividades, con algunas “tentaciones” especiales, como la ch’alla de los mitos pétreos, el Carnaval de las comparsas, las demostraciones de algunos grupos folklóricos y un cierre con el Corso Infantil, el carnaval de los niños.
Todo un enorme movimiento, particularmente de dinero, de mucha gente, de un comercio gigante de temporada, de esfuerzo físico desplegado por danzarines, pero también la gente que trabaja en estos días. El resultado económico tendría que ser conocido en tiempo breve, aunque de antemano se sabe que los ingresos municipales no se compensan con creces, la entidad folklórica suma buenos ingresos y el común de la ciudadanía resta en su presupuesto los gastos de Carnaval, el derecho de ser anfitriona.
Fuente: LA PATRIA
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