Jueves 12 de febrero de 2015
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tEn América Latina se debilita la democracia, se deteriora el Estado de Derecho, los caudillos pretenden el poder eterno y se tolera la corrupción. Hay señales de agudas crisis económicas, confirmando que “la democracia es esencial para el desarrollo social, político y económico de los pueblos de las Américas” (Carta Democrática Interamericana). Es decir que, sin democracia, no hay progreso real.
Venezuela sufre el legado de Chávez: escasez e inflación que preocupan tanto como el atropello a los derechos humanos. Esto hace temer una reacción popular. Por ello, se acaba de autorizar a las Fuerzas Armadas que repriman, usando armas letales, las manifestaciones de protesta. Todo agravado por los escandalosos casos de inmoralidad funcionaria.
En Argentina, la violencia política ha cobrado la vida del fiscal Alberto Nisman que iba a informar al Congreso sobre sus investigaciones del atentado de 1994 contra la sede de la Asociación Mutual Israelí de Argentina (AMIA) que dejó 85 muertos. Esto en un clima de fragilidad democrática, junto a una preocupante situación económica. Es más, aumentan los casos de corrupción que ya llegaron al vicepresidente. Y la imagen de la jefa de Estado se derrumba.
Fuente: Marcelo Ostria Trigo