Es un hecho que en la mentalidad de quienes intervendrán en los comicios del 29 de marzo, han desaparecido las condiciones de servicio y la conciencia de país porque los intereses personales o de partido han dado paso a posiciones contrarias que no dejan espacio para creer que hay intenciones sinceras en los participantes.
Hay división en el seno de cada partido político porque las ambiciones de muchos candidatos muestran el panorama negativo de que cada quien sólo busca satisfacer intereses personales; hay una especie de egolatría donde cada uno cree ser lo mejor y más apto para ser elegido.
Hay muchas experiencias pasadas que muestran a los candidatos una realidad: no sirven las posiciones de enfrentamiento y las conductas que buscan desunión; menos sirven las rivalidades y los enrostramientos de lo malo que haya hecho cada uno de ellos en otras palabras, no corresponde una guerra de insultos que lo único que muestran es la poca capacidad para el diálogo que tienen las partes y, además, muestra, casi al desnudo, lo poco o nada que harían si alcanzan los puestos que buscan porque con comportamientos como los que ve la colectividad, poco o nada se puede esperar de una mayoría de ellos.
Las campañas para las elecciones del 12 de octubre pasado, parece que no han servido porque lo hecho por muchos partidos ha derivado simplemente en triunfo de quien buscaban que pierda; casi todos ellos han ganado la desconfianza colectiva y los resultados en votos demuestran realidades indiscutibles puesto que los más optimistas y creídos que ganarían por altos porcentajes han resultado los más perdedores y todo ello ha sido consecuencia de la soberbia y petulancia que demostraron en la campaña.
Correspondería que cada candidato haga abstracción de lo que es y ofrecen los contrarios; que cada uno dedique su campaña a mostrar las urgencias y necesidades departamentales y municipales y exprese conceptos y criterios creíbles sobre lo que piensa hacer en servicio del bien común; que indiquen lo positivo a realizarse y demuestren que poseen las condiciones para alcanzar éxito en lo que emprendan; que no sea la denostación y el desprestigio de los contrarios, el medio para alcanzar victorias aún sabiendo que todo ello les proporcionará fracasos.
Cuentan los intereses colectivos y de ello deben tomar conciencia los candidatos si quieren conseguir la confianza pública. La ciudadanía que vota está cansada de las pugnas de todos los partidos, incluido el de gobierno donde las fisuras son muy grandes. Ya no caben, a tantos años de las experiencias alcanzadas desde el año 1982, las campañas chabacanas, ajenas a todo respeto que merece el pueblo. Decencia, altura, humildad y dignidad arriendan ganancias; lo contrario, rechazo y desprestigio.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.