Todos los años a los orureños nos pasa lo mismo, es una repetición mecánica que lamentablemente no la corregimos y la admitimos como parte de una celebración cívica en homenaje a los héroes que nos dieron libertad y defendieron con honor el orgullo departamental.
Si bien la ocasión es propicia para la celebración específicamente cívica, la otra parte que corresponde a la esperanza de tener algo más para beneficio colectivo, es decir tener el “regalito de cumpleaños”, no llega en la proporción de la expectativa ciudadana.
Desarrollo productivo, así se denomina ahora a ese proceso en el que quisiéramos incluirnos también los orureños, pero el asunto no va por ese camino pues muchos proyectos que consideramos importantes parece que no son comprendidos de igual modo por las autoridades superiores.
El sistema vial hacia el occidente, la carretera bioceánica hacia Pisiga que data en su proyección más de medio siglo y que a la fecha tiene un corto tramo menor a cien kilómetros que no puede concluirse frustrando la esperanza orureña para conectarse con el Océano Pacífico.
Un complemento de ese proyecto bioceánico es el Puerto Seco que si bien ya tiene “muro perimetral”, está todavía lejos de ofrecer los servicios planificados para servicios de un verdadero puerto terrestre que facilite e incremente el tráfico comercial de importaciones y exportaciones en la privilegiada zona comercial de Oruro, estratégica y geopolíticamente reconocida por su ubicación
No marcha la habilitación del Parque Industrial, los anteriores terrenos dispuestos para ese fin fueron loteados en parte. La Brigada Parlamentaria no pudo reactivar dos leyes de incentivo a la inversión de empresas que se asienten en ese parque industrial, en tanto la ciudad de El Alto logró en un santiamén parecidas leyes con inusitado crecimiento industrial, incluyendo algunas empresas que debían instalarse en Oruro.
Se sabe que la minería es lo más importante en la generación de divisas para el Estado y de regalías departamentales, pero la misma no puede reactivarse y en el caso concreto de Oruro se necesita mucho apoyo financiero para cumplir los planes, de prospección y exploración minera, como parte del objetivo de ampliar sus yacimientos mineros.
A título de “obsequios” para Oruro se inauguraron el nuevo Ingenio de Huanuni y el Horno Ausmelt de la Fundición de Vinto. En ambos casos se deberá esperar algunos meses más para que entren en funcionamiento práctico y de rendimiento efectivo. Dos proyectos importantes, indudablemente, pero ambos todavía en fase de prueba, como el otro obsequio, la doble vía Oruro – La Paz, que tampoco está concluida y tardará más de tres meses en su habilitación final. Hace tiempo se colocó la piedra fundamental para el hospital de tercer nivel en la ciudad y las obras no avanzan.
Seguimos esperanzados en la diversificación económica, precisamos capitales para la agricultura, específicamente de la quinua y por qué no del ajo, como también para la ganadería camélida. En Oruro hay materia prima, hay voluntad de trabajo, pero no hay adecuada atención financiera para concretar proyectos importantes é impulsar nuevos emprendimientos.
Un anhelo en el aniversario orureño, definir nuestra carta autonómica para establecer prioridades sin depender del poder central parecería la única alternativa para romper la apatía de los propios orureños, el olvido y la postergación desde los niveles superiores, reavivar la unidad para avanzar hacia objetivos de felicidad colectiva. Viva Oruro Autonómico.
Fuente: LA PATRIA
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