Como sucede cada año, una semana antes del Sábado de Carnaval se cumple el último ensayo práctico de miles de danzarines, efectuando el recorrido total en la ruta carnavalera en la que ya se ha instalado la mayoría de graderías, pero que todavía confronta algunos problemas que solucionados dejarán expedito el escenario callejero para la mayor demostración devocional, tradicional y folklórica en un incomparable “ballet callejero”.
Algunos detalles observados en la prueba final mostró una vez más a danzarines “pasados en tragos”, pese a recomendaciones y prohibiciones que ojalá se cumplan seriamente el sábado venidero para no deslucir la peregrinación hacia la Virgen del Socavón.
Si se trata de una prueba, propiamente un examen de rendimiento por parte de los danzarines, el objetivo estaría cumplido pero el “segundo convite” es además una ocasión para efectuar los ajustes necesarios en cuanto al tiempo que demanda a cada grupo cubrir todo el recorrido, sin crear “baches” que son muy perjudiciales al retrasar a otros conjuntos y ocasionar espacios que de manera general son aprovechados por espectadores jóvenes para crear un desorden total con el juego con globos y espumas, lo que lamentablemente se observó una vez más.
Las recomendaciones de la entidad que agrupa a los conjuntos folklóricos debe advertir – una vez más – a sus afiliados y de manera especial a los conjuntos de morenadas, regular su avance, evitar demostraciones excesivas, inclusive de sus bandas para no retardar el curso de una peregrinación que debe cumplirse ordenadamente y con calidad organizativa.
Al mismo tiempo y por determinaciones que rigen en la festividad, de manera especial el sábado devocional, los danzarines que estuvieran ebrios tendrán que ser retirados, en primera instancia por dirigentes del conjunto y si hubiera resistencia por efectivos de la guardia pública.
Lo que sale de todo control y que tiene algunas connotaciones especiales es la increíble generación de basura en toda la ruta del Carnaval, por una parte debido a la indisciplina ciudadana, por otra, la carencia de basureros y la urgencia de eliminar toda suerte de envases, mayormente plásticos, latas de cerveza e inclusive envases de vidrio sumamente peligrosos.
Esto muestra además que la venta de esos productos ocurre en el interior del escenario callejero, este aspecto posiblemente disminuya los días de “entrada”, entendiendo que los puestos de comercio estarán ubicados por lo menos a cien metros de la ruta carnavalera, ojalá se cumpla esa regulación.
Dadas las condiciones en que se desarrolló el Último Convite, dejando como saldo varios danzarines beodos, por otra parte gran cantidad de basura y el uso indiscriminado de calles y paredes como mingitorios, lo que se repetirá en la Anata Andina, es necesario que las autoridades dispongan un presupuesto adicional para reforzar las tareas de limpieza de la ciudad. Para el sábado venidero se instalarán los “sanitarios químicos” que salvará parte de un problema, el asunto de la basura podría paliarse si cada familia y en su caso cada espectador, utiliza una bolsa adicional para reunir su basura y al final del evento la retira y deposita en los contenedores, sería un ejemplo de responsabilidad y disciplina ciudadana, nada difícil de cumplir.
Prácticamente todo está listo para el Carnaval, hay detalles complementarios que debe cumplir la Municipalidad y la Gobernación, lo mismo que los encargados de la organización del Carnaval, como la Acfo y el Comité de Etnografía y Folklore. Mucho cuidado con los “relatores” de los canales de TV, no debe admitirse improvisaciones.
Fuente: LA PATRIA
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