Sábado 07 de febrero de 2015
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Editorial y opiniones
Cada día vivamos con intensidad y esperanza
07 feb 2015
Soraya Angélica Mita Mercado
Empecemos diciendo que, en la liturgia de esta semana Dios nos invita a reflexionar sobre nuestra vida, nos pide que tengamos el pensamiento puesto en las cosas del Cielo, no en las de la Tierra, hagamos morir todo lo terrenal, fornicación, impureza, maldad, rencor, pasión desordenada, egoísmo, vanidad, soberbia, avaricia, debemos despojarnos del hombre viejo y de sus obras y, nos revistamos del hombre nuevo, que se va renovando a imagen de Dios, si nos esforzamos en acumular riquezas y tener poder humano cosecharemos fracasos, en cambio si depositamos en las manos del Señor nuestra vida, tendremos seguridad, éxito, gozo, serenidad y felicidad permanentes, abramos nuestro corazón al prójimo, no olvidemos que en el tiempo en que vivimos lo que importa es Cristo, que es todo y está en todos nosotros.
Comportémonos con paciencia y bondad y así podremos obtener amigos y cariño; en cambio si actuamos con rencor y envidia ganaremos problemas y enemigos, en nuestro modesto entender la palabra “amable” significa “fácil de amar” si uno desea recibir amor seremos amables, los errores cuestan, al incurrir en alguno debemos aceptar su resultado y reflexionar mientras pagamos el precio, jamás deseemos el mal del prójimo, cada pensamiento es como un bumerán que siempre regresará para golpearte, el pesimismo es una fuerza destructiva, debemos ser optimistas todos los días de nuestra existencia, busquemos en los problemas el lado positivo y en las personas, sus virtudes más que sus defectos, intentemos cultivar buenos amigos, el vicioso siempre te llevará por mal camino, el tramposo te obligará a mentir, el grosero te enseñará a maldecir y el que habla mal de otros, hablará mal de ti, eliminemos de nuestro vocabulario la frase “no puedo”, cuando estés a punto de decirla cámbiala por “volver a intentarlo” o “tengo que lograrlo”, los grandes hombres y mujeres trabajan, estudian y ayudan a otros sin esperar recompensa, si eres desinteresado te convertirás en una persona amada y necesitada por los demás, cuando alguien da más de lo que los otros esperan, a la larga recibe mucho, a los generosos la vida siempre les paga con felicidad y fortuna.