Sábado 07 de febrero de 2015
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Suplemento Policial
COMO HABLAR DE LAS DROGAS CON NUESTROS HIJOS
07 feb 2015
Fuente: LA PATRIA
Curso de Prevención para Padres, Profesores y Estudiantes. (Nº 72) • Por: Cap. Jorge Orlando Saravia Jaldín
CONSUMO DE ALCOHOL Y HEPATITIS
El consumo de alcohol continuado desestabiliza la función hepática, ya que el hígado se ve sometido a un sobreesfuerzo para eliminar esta sustancia y sus células se alteran o se destruyen, provocando inflamación, e incluso una fibrosis que puede degenerar en cirrosis.
Algunas personas presentan bastante tolerancia al alcohol, por lo que pueden estar consumiendo una cantidad de esta sustancia que resulta dañina para el organismo sin llegar a emborracharse. Esta tolerancia les proporciona una falsa sensación de seguridad y les incapacita para percibir las molestias físicas asociadas a una ingesta excesiva de alcohol, que en realidad actúan como señales de alarma que envía el organismo ante una potencial situación de peligro.
Alcohol y hepatitis son una combinación peligrosa y es que, el abuso de estas bebidas puede originar una hepatitis alcohólica, que generalmente se manifiesta tras una temporada en la que el afectado ha ingerido una cantidad de alcohol superior a la habitual. Los síntomas más frecuentes en estos casos son: fatiga, apatía, inapetencia, ictericia, aumento de peso, fiebre, y dolor en la zona superior derecha del abdomen. Si se trata de una hepatitis alcohólica grave el paciente puede presentar además ascitis (líquido en la cavidad abdominal), signos de malnutrición y encefalopatía hepática (alteración de la función cerebral que se produce cuando el hígado no puede eliminar sustancias tóxicas adecuadamente y éstas se acumulan en la sangre).
Fuente: LA PATRIA