Miercoles 04 de febrero de 2015
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El silencio de la oposición y de los medios audiovisuales ha sido demasiado largo sobre la situación real de la planta de Bulo Bulo, el primer y único proyecto de industrialización del gas natural encarado por el actual gobierno.
Se fue una empresa coreana, subsidiaria de la Samsung, después de haberse declarado en quiebra y ahora se habla de un incremento en el precio de la planta, que pasaría de 860 a 1.200 millones de dólares, pero nadie informa de nada.
Y hay razones para preocuparse. Esto se está pareciendo al caso Jindal, cuando el Gobierno culpó a la empresa por la parálisis del proyecto del Mutún cuando en realidad se trataba de que no existe el gas suficiente para ese proyecto.
La diputada Jimena Costa ha dicho que los trabajos en Bulo Bulo apenas están en la construcción de las zapatas, a pesar de que el Gobierno dice que el avance es de 62%.
Y se ha ido una empresa contratada. El Gobierno sólo ha dicho que los 350 trabajadores despedidos serán recontratados, pero hay un silencio demasiado pesado de parte de la Samsung.