Raúl Alba, trovador y bohemio

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Recordar y dignificar la obra y memoria de nuestros próceres, héroes, artistas y antepasados, tiene que ser tarea primaria y permanente de todo espíritu reconocido y desde luego, formado en las normas de un ambiente cultivado y solidario.

Lo contrario, las propensiones mezquinas e intolerantes, o la abrupta aparición de gratuitos criticones y detractores, solamente denuncian mediocridad, propia de instintos frustráneos, para no decirlo, enemigos del mismo prójimo.

Ignorando empero esto último y más bien reactualizando episodios gratos del pasado, hoy nos toca relievar la personalidad de aquel orureñísimo intérprete y compositor de música Don Raúl Alba Valdez quien no solo enriqueció los pentagramas sonoros de esta tierra “a la que amó hasta el delirio”, por decirlo así, dado su entrañable origen y fecundas vivencias.

Recordemos por ejemplo al Conjunto de “Los Ases Andinos” cuyo estilo inconfundible procuraba el piano o el acordeón del Maestro Julio Rodríguez Berríos, el requinto de Willy Murillo justamente con la delicada voz de Raúl Alba, a quienes se acoplaba perfectamente la segunda voz y guitarra de Pacífico Aliaga. En su celebrado disco “Pentagrama Nacional” figuran también Carlos Reynolds en el órgano electrónico, el acompañamiento rítmico del baterista Osvaldo Rico y el contrabajo de Julio Edmundo Molina.

“Los Ases Andinos” después de breve estancia en el Brasil, grabaron un LP con composiciones de Arturo “Pato” Peñaranda --otro apasionado de Oruro-- donde sobresalen la cueca “Desde el Faro”, “Diablos y Morenos” y el sentido carnavalito “Oruro querido”, que nos tocó popularizar nacionalmente desde el canal 7 Tv. Boliviana de La Paz, cuando algunos radialistas “orureños” se mostraban reticentes a ello. Hoy este emotivo carnaval es poco menos que tarjeta de presentación de nuestra tierra en cualquier medio.

Alba también dio vigencia a los duetos orureños: “Las voces del recuerdo” y “Los galácticos” cultivando especialmente boleros y música romántica del tiempo del mundialmente conocido trío mexicano “Los Panchos”, que dicho sea de paso son indiscutiblemente inmortales.

A propósito y precisamente, Alba era infaltable acompañante melódico del recordado Raúl Shaw Boutier cuando visitaba el país en condición de primera voz de los afamados “Panchos” y también del conjunto “Los Peregrinos”. Con los dos dúos orureños mencionados, en la década de los 60 y 70 grabó varios discos inspirados en Oruro, el carnaval y su club predilecto San José. Quedaron para la posteridad temas de su creación como “Viva el Campeón”, “Tu partida” “Los ojos de mi negra”, “Lejanías” y una treintena de motivos de nuestro variado antruejo.

Por su hondo contenido musical y poético destaca la hermosa polka “Enamorado de ti “que por el título parecía dedicado a una mujer, cuando más bien estaba inspirado profundamente en su Oruro de todos los tiempos. No se explica de otra manera los siguientes versos de esta bella producción:

“ Saber.

que me encuentro lejos

que me desespero,

sin poderte ver.

Dicen

Que ando enamorado

cómo no he de estarlo

es mi Oruro al fin.

Precisamente con el membrete de esta evocadora polka su esposa Doña Irene Zambrana de Alba que reside en los Estados Unidos, el pasado año editó póstumamente un Cd con 13 temas de los 50 años de labor artística en los Estudios Higland Records, masterizados por Altavista Communicatión Group del país del norte. Y con motivo de la reciente efeméride local presentó en los estudios del Canal 13 de la Universidad local un DVD, hábil y exquisitamente realizado, que ojalá los medios audiovisuales popularicen en justicia.

Este orureñísimo canta-autor ganó numerosos premios en diversos festivales y certámenes nacionales e internacionales. También recibió distinciones merecidas de instituciones y autoridades, destacando la condecoración edilicia local de la Sociedad 10 de Febrero y organismos de compositores e intérpretes. El 7 de febrero de 1998 fue condecorado con la Medalla Sebastián Pagador en el Grado de Escudo Nacional por la Prefectura del Departamento.

El recuerdo de su espíritu jovial, proverbial buen humor y abierta amistad, le hizo afirmar a quien presentó estos trabajos discográficos que: “Raúl vivió a su manera y se fue cuando quizo…”. Su perfil familiar de artista que supo del éxito y la grandeza, perdurará por siempre en el recuerdo de todos los orureños que se deleitaron con su arte, quienes hoy y mañana tienen el deber de dignificar su memoria, por haber sido un leal hijo de este suelo y un legítimo creador de cultura y arte… Paz en su tumba.

Fuente: LA PATRIA