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Domingo 14 de marzo de 2010

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Revista Dominical

Fraternidad Artística y Cultural La Diablada

14 mar 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Raquel Vargas Leytón

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Los primeros grupos de diablos, estaban conformados por trabajadores del interior de las minas, que utilizaban trajes confeccionados con los elementos rutinarios del trabajo, se envolvían cueros en los pies, como lo utilizaban en sus faenas diarias y cubrían sus espaldas con pañuelos de la tinka y la achura, las mismas que significan el intercambio entre los trabajadores y los empresarios en las vísperas del carnaval, entregando los primeros cierta cantidad de metal esmeradamente seleccionado a cambio de confites, serpentinas y licor.

Con el transcurso del tiempo, se fue cambiando la vestimenta de los danzarines, utilizando en algunos casos zapatos con polainas de cuero para cubrir las canillas y en otros utilizaban botas de trabajo, dando paso al nacimiento de una legión de artesanos que iniciaron la fabricación de máscaras y caretas con facciones temibles y horrorosas, donde se adhirieron elementos propios de la mitología andina.

Es así que en 1904 se fundó la primera diablada, organizada por mineros y principalmente por comerciantes de carne, que hasta hoy se mantienen con el nombre de Gran Tradicional Auténtica Diablada Oruro, más conocida como Matarifes o Mañazos.

Bajo la dirección de la familia Corrales, esta institución pudo mantener su participación a pesar del inicio de la guerra del Chaco con Paraguay, cuando todos los jóvenes tuvieron que acudir al resguardo del territorio nacional.

Al finalizar la guerra, los que volvieron, reiniciaron su participación en el carnaval, bailando para la Virgen del Socavón, como una acción de gracias por la nueva oportunidad que les dio, al seguir vivos.

El año 1942, varios jóvenes universitarios pertenecientes a la clase media de la sociedad orureña, contagiados por la energía espiritual del que hacían gala los danzarines en la fiesta grande, participaron de manera casi anónima del conjunto diablesco, por temor a las críticas de su entorno social, ya que consideraban que tal manifiesto era propio del pueblo.

Los pioneros de esta osadía fueron Gustavo Ortiz, Hugo Peláez, Hugo Saavedra, Alberto Lozza, Isauro Romano, Simón Arias, Leopoldo Egido, los hermanos Méndez, José Encinas, Guillermo Arias, que al ser descubiertos por algunos amigos o por sus compañeros, recibieron críticas favorables que generaron el interés por gozar de dicha experiencia.

Después de un año se acoplaron a este grupo Julio Quintanilla, Rosendo Cárdenas, Alberto Peña, Vidal Rivera, Donato Zarzuela, Ángel Siles, Eduardo Leclere y otros con los que el conjunto de diablos fue cambiando su estructura social.

El 16 de Julio de ese año la diablada recibió una invitación de la Prefectura de La Paz, para festejar su aniversario. El conjunto preparó el viaje haciendo un compromiso en el que indicaba que se les pagaría por esa presentación y dicho pago iría en beneficio de las arcas de la institución.

Es así que Julio Quintanilla, secretario de hacienda de la institución de ese entonces, repartió el dinero entre los que consideraba que eran merecedores, marginando a un gran número de integrantes, lo que ocasionó una molestia generalizada y la posterior separación del conjunto.

CREACION DE LA FRATERNIDAD

Los jóvenes universitarios que formaban parte de esta institución, decidieron formar otro conjunto manteniendo las tradiciones, respetando los valores morales y cultivando la cultura de Oruro. Es así que luego de varias reuniones y contactos con nuevos devotos, deseosos de rendir pleitesía a la Virgen del Socavón, el 25 de Febrero de 1944 logran formar otro conjunto con el nombre de FRATERNIDAD ARTISTICA Y CULTURAL LA DIABLADA.

Para dar realce a esta creación fueron invitadas las principales autoridades municipales de Oruro, Don Alfonso Requena, en calidad de Alcalde y Don Francisco Bayá Graneros como Oficial Mayor de Cultura, con el propósito de dar posesión a la primera directiva de los fraternos.

El primer presidente de la Fraternidad fue el Mayor Carlos Zaconeta, por el periodo de un año y dentro de su directiva se encontraban Gustavo Ortiz, Hugo Saavedra, Alberto Lozza, Hugo Peláez, José Ocampo, Guillermo Rodo, Ángel Mier, Guillermo Aries, Luis Arraya, Emilio Tellería, Leopoldo Egido, Teodoro Lazzo, Antonio Mier, Guillermo Calvo, José Arzadum, Vicente Arias, Alberto Arce, Damián Cuentas, Isauro Romano, Hugo Valdivia, Freddy Antezana, Hugo Nava, Gerónimo Alcócer, Ricardo Aliendre, Benigno Terceros, Walter Siles, Gerardo Landaeta, Federico Tedeski, Juan Soria Galvarro, Víctor Santa Cruz, Héctor Gutiérrez, Reinaldo Ortuño, José Dephilips, Rodolfo Elías, Francisco Bayá, Hugo Tapia y Víctor Miranda.

También se conformó una cofradía de la Virgen del Socavón, integrada por varias señoras de la sociedad como Amalia V. de Recacochea, Sara de Ramallo, Aidé de Cabrera, Lola de Buitrago, Lola de Urquiza, Ana Dorado, Carmen de Mendizábal, Lola de Córdova, Obdulia de Valera, Alicia de Peñaranda, Lila de Briacon, Nieves de Herboso y Mercedes de Balderrama.

Debido a las mejoras de la vestimenta y de la misma danza, este conjunto recibió el apelativo de Pijes o Kh’aras, que significa Elegantes y Decentes. Esta institución fue la que uniformó los pasos y sus propias coreografías, además de los trajes que le dieron un prestigio que hasta la fecha los distinguen.

La Fraternidad fue fundada por 75 personas, de los cuales la mayoría ya fallecieron, tal es el caso del señor Simón Arias Cortez, presidente en varias ocasiones de la institución, quien murió un domingo de Carnaval, haciendo lo que le gustaba, bailando, con el estandarte de la institución en manos, este personaje fue muy querido por los que lo conocieron en ese entonces. Los que quedan aún con vida, nos narran sus experiencias y nos ayudan a conocer más a fondo la historia de los fraternos.

Estos personajes compusieron varios temas con respecto al carnaval, que hasta la fecha se las canta, entre ellas podemos nombrar el CANTO DE LLEGADA, el CANTO DE DESPEDIDA, SUPAYKUNA, LA CUECA, CARNAVAL PARA BAILAR, LAS PAMPAS DE ORURO, BELLA CIUDAD DE ORURO, SOMOS DIABLOS, VIVA LA FRATERNIDAD, LINDA ORUREÑITA, ARARANCAS, GORRITOS ROJOS, EL PAVITO, VIBORA EN MANO, FORASTERA, EN LAS CALLES DEL PERU, LOS ARENALES, HERMOSA VIRGEN, NO SE PUEDE y otras más.

En 1945, se cambió el traje de diablo, ya no era un pañuelo, si no eran tres, que se ponían en la espalda, se acomodo uno al medio que era totalmente bordado y dos en forma lateral con las tres puntas hacia abajo simétricamente armadas.

De igual manera, implementaron la uniformidad de los pasos en la danza, creando la vuelta durante el brinco. Este paso realzó aun más el espectáculo de la Fraternidad ante los ojos de la ciudadanía orureña.

Los ensayos se realizaban en el Faro de Conchupata, haciendo un recorrido hasta el mercado Campero, donde realizaban sus movimientos coreográficos, que eran preparados sin dislocar el Auto Sacramental.

Ese mismo año se hizo la proclamación de la primera hermana Predilecta de la Fraternidad, la señorita Sussy Biggeman, cuya corte estaba conformada por distinguidas damitas de la sociedad orureña.

El titulo de Hermana Predilecta, se dio en razón de reconocer como reina, solamente a la Santísima Virgen del Socavón, patrona de los mineros y de los diablos de Oruro, factor que se sigue manteniendo en el presente.

En 1946, bajo la directiva de Simón Arias Cortez, se reglamento el uso del uniforme para los ensayos, que consistía en una gorra roja con nuquera, camisa o casaca blanca y pantalón de color negro, distintivo que hasta nuestros días identifica a los Kh’aras.

En 1947, se estrena una nueva coreografía denominada La Estrella, que simboliza el triunfo del Arcángel Miguel ante los diablos. Ese mismo año se creó la teatralización del relato escrito por el cura Ladislao Montealegre y que fue adaptado al teatro, exclusivamente para la Fraternidad, por el escritor orureño Rafael Ulises Peláez.

El año 1948, nuevamente de presidente el señor Simón Arias, junto a su directorio, complementan el uniforme de ensayo, como el calcetín blanco, pañuelo de seda en el cuello y pañuelos en las manos por filas, se implemento el pañuelo de color rojo para la fila derecha y el verde para la izquierda, mismos que se llevaban en la mano derecha.

En la presidencia del fraterno Armando Meriles, en 1949, dentro del disfraz, se instauro el buzo blanco, botas con canilleras de color rojo y blanco y se cambio el trinche por la víbora, ya que era peligroso el manejo durante el desplazamiento de la danza.

Ese mismo año se crea dentro de la coreografía, el Saludo y el Ovillo, con significados acordes al Auto Sacramental desarrollado en la danza.

En 1950, en la presidencia de Hernán Pérez Cueto, desarrollaron una nueva figura llamada cadena de tres en ángulo, que al realizarla se forma un hermoso trébol de tres hojas.

En 1959, un grupo de señoritas formaron parte de la institución y el número de danzarines dentro de la institución habían subido considerablemente, contando con 160 diablos, 24 satanases, 20 señoritas y la participación de 24 niñas y niños en la sección infantil.

Al paso de los años, en 1964, se crea como símbolo institucional la insignia Fraterna, en el fondo los colores verde y rojo, encima una cruz amarilla que representa la religión católica, en la que está el mapa de Oruro y al centro el perfil de una careta de diablo, como signo del folklore y danza que cultiva.

En 1976, un sacerdote orureño, el Reverendo Padre Walter Sánchez Pérez, dispuesto a rendirle pleitesía a la Patrona de los mineros, participó de la danza en calidad de diablo y con su presencia enarboló las banderas de la mística devocional de todos los peregrinos danzarines.

Aunque esto fue motivo de protesta en algunos ciudadanos, el Obispo de la Diócesis Monseñor René Fernández, autorizó la participación del Padre Sánchez en la danza.

A lo largo de los años, la Fraternidad, siempre buscó conservar la tradición y cultura propios de Oruro que le dejaron sus ancestros, es por ello que el fraterno Jorge Vargas, presentó una versión de una máscara de diablo similar a las usadas en los años 30, lo cual motivó que muchos danzarines imitaran el modelo para dar vigencia a una parte de la tradición e historia de las caretas y máscaras del diablo de Oruro.

El 11 de mayo de 1987, la Fraternidad fue elegida para realizar una guardia de honor y posterior demostración de danza para el acto protocolar en la visita del Santo Padre Juan Pablo II.

Dentro de toda la trayectoria de la Fraternidad, esta tuvo muchas invitaciones, tanto al interior como al exterior del país, una de las invitaciones que tuvo fue al TELETON que se llevó a cabo el año 1990, en la ciudad de La Paz, al cual asistieron deseosos de poder ayudar a recolectar fondos para la rehabilitación de personas con discapacidad.

Como ya era costumbre de la institución la renovación y nuevas creaciones, el año 1991, se hizo presente en el carnaval una nueva figura creada por el señor Jorge Vargas, LA DIABLESA, que se incluyó en el Auto Sacramental y en la coreografía de la danza de la diablada.

De esta innovación, participaron las fraternas Analy Vargas Leytón, Ana Rosa López Villegas, Velka Ayala Veneros y Aleyda Ortuño Huarachi, quienes con su participación sorprendieron, no solo a los mismos fraternos, sino también a la ciudadanía en general que catalogó el hecho como un rotundo éxito hasta nuestros días.

La preparación del diseño de la indumentaria, fue realizada íntegramente por su creador, este traje consta de una máscara con peluca, pañuelos más pequeños que de los diablos, botas blanco con rojo con un poco de tacón, guantes rojos, puñeras de ofre, pollera corta, pechera, pollerín y una víbora, la coreografía de las diablesas, fue estudiada y realizada por la profesora María Eugenia “Eggy” Gonzales.

Al año siguiente don Willy Torrico, presentó una innovación más dentro de las figuras de la diablada, un grupo denominado China Diablas, con características similares a las diablesas, solo que en lugar de máscara completa, utiliza algo parecido a un antifaz de yeso con peluca.

El año 1995, un grupo de fraternos, integrados por Jorge Vargas, Jorge Matienzo, Juan Carlos Guzmán, Walter García en coordinación con el Fray Jairo de Jesús Salazar y la cooperación del representante de Inti Raymi, Álvaro Ugalde, con la intención de reavivar la fe en la Virgen de la Candelaria o del Socavón, planificaron realizar la celebración de la fiesta del 2 de Febrero como el día de la Candelaria, con una entrada de cirios por las calles y avenidas de la antigua ruta del carnaval.

Gracias a todos los anteriormente nombrados, es que todos los años se realiza esta peregrinación, que es un movimiento espiritual que genera la devoción hacia la Virgen del Socavón.

Con la idea firme de recuperar y conservar las tradiciones y vestimentas de los diablos, el año 1996, a iniciativa de los señores Jorge Matienzo y Jorge Vargas, se crea un nuevo personaje representado a los diablos antiguos o viejos a quienes, los fraternos denominaron entre bromas y afecto, como los Ñaupa Diablos.

Para la vestimenta de estos diablos, se trasladaron a los años 40, ya que volvieron a utilizar trajes similares a los de esa época.

La trayectoria de los “Pijes”, se encuentra engalanada por pergaminos que cantan epopeyas marcadas por profundas huellas, a raíz de viajes por todo el territorio nacional, el continente sur americano, también conoce del carisma fraterno que con el roncar de sus espuelas, despertó inquietudes favorables al quehacer nacional, y ni que decir de la culta y vieja Europa, que vivió la más grande experiencia durante interminables 45 días de éxitos.

En resumen, los “Pijes”; en sus 66 años de existencia, realmente pueden ser conceptuados, como los verdaderos embajadores nacionales, pues son los únicos que lograron conquistar cinco continentes, con la cultura y mística devocional, que caracteriza al diablo orureño.

En toda la historia de la Fraternidad, se pueden encontrar núcleos familiares que se transmiten en generaciones, tal es el caso de la familia del señor Julián Vargas Godoy con 4 generaciones que pertenecen a esta institución, puesto que sus hijos, nietos y ahora bisnietos bailan rindiendo pleitesía a la Virgen del Socavón; de la misma forma las familias Veneros, Martínez, Llanque, Tórrez, y otras.

NOTA DE REDACCION

Debido a problemas de carácter técnico y de transmisión de datos, el presente artículo se publicó incompleto en nuestra edición del pasado domingo 7 de marzo. Por respeto a nuestros distinguidos lectores, repetimos esta publicación con las correcciones necesarias.

Fuente: LA PATRIA
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