El apoteósico encuentro de la divinidad con su pueblo a través de la fe, se trasunta en la mayor expresión de rico folclore, música y coreografía, por devoción a María encarnada en la Virgen de La Candelaria o del Socavón que resulta ser la más grande muestra de espiritualidad que miles de devotos-danzantes anualmente profesan en el mejor Carnaval del Mundo que se realiza en Oruro-Bolivia.
El esplendoroso Carnaval de La Candelaria o Virgen del Socavón es el culmen de la fe y de la religiosidad popular, porque es el momento de mayor perfección en la festividad pagano-religiosa, tras el proceso de preparación que abarca un periodo de al menos cuatro meses para situar a la bella expresión folclórica boliviana en su punto culminante, más alto o principal, que se renueva como un milagro anual desde hace más de una centuria. Esa expresión de fe que viven, palpitan, expresan, demuestran y hasta regalan “a manos llenas” los devotos-danzantes y los feligreses de la Virgen del Socavón, es un agradecimiento a María que ha producido, junto con el Espíritu Santo, lo más grande y el mayor aporte para la humanidad que jamás se habría tenido… a Dios-hombre que fue quien nos liberó del pecado y nos hizo libres de conciencia para vivir en la gracia de Dios Padre, convirtiéndola en la peregrina de la fe.
Así esta expresión de fe se consuma cada año y convierte a la Virgen del Socavón, avocación de María, en la corredentora y la eterna mediadora con Cristo, con quien se halla íntimamente unida y junto, al Espíritu Santo son los llamados a socorrer al Pueblo de Dios, que con su fe y su demostración de respeto y humildad expresan miles de danzarines en la mejor forma, como lo saben hacer, con la danza, la música y su hechizo.
La Virgen de La Candelaria o del Socavón, es por esencia y por su acción santificadora de Dios, la mediadora de todas las gracias y favores que reciben los fieles y devotos, que agradecen en su peregrinación para cumplir su promesa de bailar tres años consecutivos en honor de la “mamita del Socavón”, como madre de Cristo, por ser María el vínculo más directo cuando ella está presente en el misterio de Cristo como Madre.
Este misterio revelado de nuestra fe resulta ser un nuevo dogma mariano que permitirá comprender en su real magnitud la expresión devocional del Carnaval de Oruro que ha sido reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), como Obra Maestra del Patrimonio Oral Intangible de la Humanidad, lo que sitúa a la mayor expresión de folclore, tradición y fe de nuestro país en el mejor Carnaval del Mundo que se realiza en Oruro-Bolivia.
Ese reconocimiento no es casual, sino fruto de la fe devocional, que han hecho de nuestro carnaval una expresión de majestuosidad esplendorosa para el mundo, simbolizando ese amor y fidelidad que existe por la divinidad en función de la ofrenda que realizan los diablos, morenos, incas, tobas, caporales, negritos, cullawas, zampoñeros, llameros, doctorcitos, tinkus, tarabuqueños, sicuris, danzas estilizadas y otros de una gama de 18 especialidades de danza, representando a todo el folclore de Bolivia con especial dedicación, esmero y vistosidad.
Así el culto a la Virgen de La Candelaria o del Socavón se mantiene vigente hasta nuestro días, desde el descubrimiento de la sagrada imagen, fresco que estaba pintado en un tapial hallado a finales del siglo XVI, que es el origen y la esencia del Carnaval del Mundo que se realiza cada año en Oruro, en honor y homenaje de la Virgen del Socavón.
La mayor celebración se realiza el Sábado de Carnaval de cada año, que consiste en una peregrinación en honor de María, Virgen del Socavón, siendo una expresión de magnificencia de la fe de los devotos-danzantes que luego de recorrer más de tres kilómetros llegan postrados de hinojos a los pies del altar de la Virgen Morena, para agradecer los favores recibidos y además de cumplir con el festejo diferido del 2 de febrero, que se conmemora la fiesta de La Candelaria. Ojalá este año se pueda en verdad mostrar la magnificencia de nuestro carnaval que ya no es de los orureños, sino del mundo y como tal debemos celebrar que la mayor expresión mundial de fe este en Bolivia, a donde llegan cientos y miles de turistas para ver, conocer y celebrar este gran acontecimiento.
(*) Periodista
lapalabraencarnada@bolivia.com
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