Lo que ocurrió en el reconocimiento de la entidad policial boliviana al nuevo ministro de Gobierno, tiene repercusiones especiales dada la característica del hecho que causó sorpresa y molestia en los jefes de la entidad verde olivo de la cual su capitán general es el Primer Mandatario.
Como sucede tradicional y disciplinadamente los efectivos policiales, en toda su gradación de servicios, hacen un reconocimiento formal al Ministro de Gobierno que es designado y posesionado en el gabinete presidencial. Es una muestra de disciplina al orden constituido y de ningún modo de subordinación a ningún sistema político, por lo mismo el desliz de la autoridad civil generó marcada molestia en los mandos policiales.
El hecho se produjo cuando en el acto de reconocimiento el flamante ministro ordenó a la guarnición policial “subordinación y constancia al mando político”, lo que causó sorpresa y unos segundos de duda en la tropa que respondió con “Viva Bolivia hacia el mar”, y aunque tampoco es hecho formal de este tipo de protocolo institucional, los efectivos policiales responden con un “venceremos” a la arenga de “Patria o Muerte”.
El ministro aprovechó la circunstancia para exponer su “entusiasta visión partidaria”, sorprendiendo a los jefes, oficiales y tropa con un añadido que implícitamente ordenaba lealtad al régimen político gobernante, lo que está en contra la institucionalidad policial.
Algo importante que con seguridad no ignora la autoridad ministerial es que en la Constitución Política del Estado (CPE), en su art 251 se establece la total independencia política partidaria de la Policía Boliviana. Se aclara que ésta institución (la Policía) no delibera ni participa en acciones político partidarias. Sin embargo individualmente sus miembros gozan y ejercen sus derechos ciudadanos de acuerdo con la ley.
“Los policías no se pueden someter a los políticos”, “no podemos estar al mando de ningún político”, “la orden del ministro (de Gobierno) vulnera la CPE y afecta la independencia de la Policía y de sus miembros”, fueron expresiones de altos jefes policiales, que se recuperaban de la “sorpresita” con la que se estrenó la importante autoridad ministerial.
Para dirigentes políticos de oposición e inclusive algunas del sector oficial, la actitud del titular del ministerio que ejerce control sobre la seguridad ciudadana, puede generar indisciplina y desobediencia entre los efectivos policiales.
Lo que seguramente esperaba el ministro en su reconocimiento era la venia o el visto bueno institucional al pretendido “sometimiento” policial al “mando político”, sorpresa sí hubo y el rechazo se hizo sentir inmediatamente que concluyó el acto protocolar, aunque el nuevo titular de Gobierno no defendió su posición frente a los medios de comunicación.
En materia de trabajo desde el ministerio hacia el organismo policial, anticipó la mayor dotación de infraestructura y equipamiento, además de mejorar las condiciones de trabajo en todas las unidades del país. Habló también de una revolución en la justicia y de reformas en la entidad policial. Apuntó que “requerimos materializar la democracia participativa directa y comunitaria para responsablemente desde el lugar donde estemos aportar a esa revolución”
Lo dicho, dicho está, porque tampoco hubo rectificación, pero en la institución policial ha quedado una seria interrogante sobre el cumplimiento de las normas vigentes establecidas en la CPE, sobre la independencia policial y la orden de un ministro de someter ese organismo al “mando político”. Está claro que los jefes policiales rechazaron la arenga y la tropa tomada de sorpresa, respondió: Viva Bolivia hacia el Mar.
Fuente: LA PATRIA
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