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Invitado


Domingo 01 de febrero de 2015

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Cultural El Duende

Oruro en el sentimiento de los poetas

01 feb 2015

Gregorio Reynolds. Sucre, 1882 - La Paz, 1948. Poeta y diplomático. Luis Fuentes Rodríguez. Potosí, 1932. Poeta y educador. Juan Francisco Bedregal. La Paz, 1883-1944. Poeta, narrador y ensayista. Héctor Cossío Salinas. Cochabamba, 1929 - 1972. Poeta, literato y abogado. Diana Grillo de Pinedo. Poeta orureña. Ha publicado “Alma y tradición”..

Oruro

Gregorio Reynolds

Ciudad tendida sobre el yermo, austera,

en que la viera Castro de Padilla,

cual Don Quijote en tierra de Castilla,

la glorificación de su quimera.

¡Como el viajero obsedes, altanera

Villa de San Felipe de Austria, villa

en la cual el pasado se encastilla

y el progreso, entre rieles, se acelera!

Eres el horizonte ilimitado,

eres como tu nombre, igual de un lado

que del otro destino sin distancia.

Dispersión de caminos al futuro,

son los cerebros que te dan prestancia

y tus entrañas de metal Oruro.

Oruro

Diana Grillo

Sorteando ráfagas de viento,

entre tus calles vacías,

trato de encontrar tu pulso

ciudad minera y querida.

Quiero sentir los latidos

del corazón de tu pueblo,

el calor que hay en tu gente,

tu valor y tu hidalguía.

Quiero recorrer tus entrañas

para alcanzar tu altivez,

y por tus venas de estaño,

ver fluir tu calidez.

Y así por calles y plazas

diamante del altiplano

alma de mineral,

quiero rescatarte Oruro,

del olvido y del dolor.

“Alta tierra de Oruro”

Héctor Cossío

He venido a cantar desde el manzano,

desde el fresco rosal amanecido.

“Alta tierra de Oruro”, su latido

Que funde en uno solo el aire cano,

La urgencia vegetal, la voz del llano

Y la fragancia que se da en sonido.

Hoy me llego a tus planas convencido

de que te das sin término en lo humano.

Tienes la antigüedad de la serpiente

y la frescura de una adolescente

en tus manos solícitas de arena.

Resumen a la patria en tu cintura

porque tu danza mítica figura

es sortilegio azul contra la pena.

Oruro

Luis Fuentes

Cuando el viento trota sobre la desolada heredad, cuando eso sucede y las arenas del yermo se convierten en prismas flotantes de cambiantes colores mágicos, entonces si es posible comprender que Oruro es como “la poesía antes de ser poema”, como la exhalación antes de distenderse en el aire.

En el erial, misteriosa,

surge una quena profunda,

y en el viento, la errabunda

lírica nota preciosa.

El enigmático espejo

del lago copia la altura

y, a lo lejos, la blancura

del Dios Sajama, perplejo.

Oruro: voz progresista,

lampiño minero del Ande,

es una gloria que expande

su arawi pacifista

A Oruro

Juan Francisco Bedregal

Naciste a las caricias del helado

viento que ruge en la aridez bravía

de áspero pajonal y que impetuoso

en los rígidos flancos, noche y día

de tus colinas ritma pavoroso

su eterna y desolada sinfonía.

Como un himno triunfal, las tempestades

arrullaron tus sueños de grandeza:

te dieron su pujanza y su coraje,

su majestad, su empuje y su fiereza:

y de la abrupta inmensidad salvaje

labraste el pedestal de tu riqueza.

En la vasta eminencia solitaria

donde la nieve luminosa albea,

perfilando el crespón de tus montañas,

arrancas en titánica pelea

el metal que la tierra en tus entrañas

para el empuje de tu esfuerzo crea.

Rasgas el suelo, violas sus misterios,

entras bajo la tierra, y de su ignota

profundidad que con tu planta huellas,

al bravo impulso de tu pica broca,

como fúlgido polvo de centellas,

luciente plata entre la peña rota.

Y al tronar de los fieros explosivos

y al chispear de las fraguas crepitantes,

rindes al mundo tu riqueza ingente;

y al fulgor del mineral candente,

como glorioso nimbo de brillantes,

resplandece el sudor sobre la frente.

La luz de verdad y de justicia

de nuestra historia patria en sus albores

se estremeció vibrante en tus arenas,

hizo estallar tus épicos fervores

y empurpuró con sangre de tus venas

el sagrado solar de tus mayores.

Cuando al fin de tu patria libre,

en tu alma sien de luchador impreso

sentiste de la paz el suave beso,

para vencer buscaste otra palestra

y en la lizas fecundas del progreso

empuño el cetro tu robusta diestra.

Para tus amigos: