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Domingo 01 de febrero de 2015

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Revista Dominical

A vuestros pies Madre

01 feb 2015

Fuente: LA PATRIA

“¡Virgen del Socavón ruega por nosotros!” • Dehymar Antezana - Periodista

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Era de madrugada, ya domingo de Carnaval. Un día antes, miles de danzarines mostraron su reverencia, fe y amor ante la Virgen del Socavón, motivo principal del Carnaval de Oruro, con el título de Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, desde el 18 de mayo del 2001.

Les decía, era de madrugada, día antes afanados vimos la Entrada del Sábado de Peregrinación. Un desfile de devoción, alegría, colorido, belleza, música, coreografía, danza y finalmente de absoluta emoción al ver a miles de danzarines y músicos, pasar de rodillas ante la imagen de nuestra Madre, la Virgen del Socavón.

SALUDO

Pero como rememoraba, esa madrugada de Domingo de Carnaval, nos levantamos muy temprano para asistir a una de las tradiciones orureñas, como es el Alba.

Nuestros abuelos comentaban que el afán era levantarse cada Domingo de Carnaval a las cuatro de la mañana, para luego dirigirse al Santuario de la Virgen del Socavón.

Allí eran citadas las bandas de música, principalmente de los conjuntos folklóricos de la especialidad morenada, cuyos pasantes preparaban bebidas espirituosas y también invitaban el tradicional k’alapari, que no es más, que un plato caliente de lagua.

En fin, una vez en el sector de la plaza Argentina, donde está el Santuario, las bandas de música interpretaban al contrapunteo una serie de melodías, todas morenadas, pero de acuerdo a las características del conjunto folklórico, sea esta la Mejillones, la Morenada Central Oruro, la Morenada Zona Norte, la Ferrari o los Cocanis entre otras.

Pero, ¿cuál era el motivo central de esta visita? Pues era para estar en contacto con la “Estrella de la Mañana”, conocida en tiempo Uru como la “Ñusta”, aquella misteriosa doncella que salvó a aquel pueblo de las plagas enviadas por el semidiós Huari, como el lagarto, la víbora, el sapo o las hormigas.

O la misteriosa mujer que auxilió a Anselmo Belarmino alias el “Nina Nina” para llevarlo al Hospital General tras ser herido de muerte por el que iba a ser su suegro, Sebastián Choquiamo, quien lo sorprendió escapando con su hija, Lorenza.

Sin olvidar del hermoso descubrimiento de los mineros, que en un paraje del cerro Pie de Gallo, encontraron la imagen de la Virgen de la Candelaria al lado del cuerpo del temido Chiru Chiru.

Ellos, los mineros, decidieron a partir de entonces, disfrazarse de diablos para redimir sus pecados ante los pies de su benefactora.

Volviendo al Domingo de Carnaval, la intención de estar esa madrugada en el atrio del Santuario de la Virgen, era para compartir con los danzarines, con propios y extraños, deleitarse con la danza que imponía las melodías de la morenada, degustar las bebidas y los manjares que regalaba la ocasión.

ESTRELLA

Pero, no era el motivo central, sino la idea central era recibir la bendición de la “Estrella de la mañana” con los primeros rayos del sol del nuevo día. La hora avanzaba y la competencia de las melodías que buscaban su mejor ubicación, hacían mella en los espectadores, quienes extenuados, pero contentos vivían la emoción indescriptible que irradiaba sus corazones.

Ya prácticamente había aclarado, ya se podía distinguir con mejor visual el ambiente. Como si se tratara de recibir un nuevo año, la atención y expectativa subió, como la temperatura del termómetro, todos se alistaban para recibir los rayos solares y con ello, la bendición de la “Estrella de la mañana”.

El reloj marcaba las 06:12 horas cuando del infinito Este, salieron los primeros rayos del Astro Rey, todos contentos alzaron sus manos y con las palmas hacia el sol, recibieron la energía y bendición de aquella majestuosa estrella.

Todos contentos, se dieron de abrazos, ch’allaron en sus lugares, otros se persignaron y pronunciaron una pequeña oración, mientras que algunos evocaron la presencia de la divina Madre para lograr su protección eterna.

Fue un momento inolvidable y único, sólo se lo vive en el Carnaval de Oruro. De repente las puertas del Santuario del Socavón se abrieron, allí logró ingresar una banda de música a petición de uno de los pasantes. Con reverencia y profundo sentimiento de fe, los fieles le cantaron en complicidad con las melodías que salían de los instrumentos de metal de los músicos, tal parecía una serenata solemne.

FE

“A vuestros pies Madre, llega un infeliz, cargado de angustias y de penas mil”, mientras nos acercábamos a su Altar en medio del cántico, nuestros ojos se llenaron de lágrimas como si un “tsunami” hubiese sorprendido la retina de nuestra visión.

Una vez de rodillas, suavemente recorrimos ese corto camino. En la mente estaba, en principio una serie de disculpas, ya sea por haberle fallado, mal comportamiento o haber tenido acciones negativas en contra de nuestro prójimo.

Pero, del otro lado de la balanza, estaban las peticiones de protección, bienestar y progreso.

Al llegar a sus pies, una energía extraña se apoderó del cuerpo. Las rodillas comenzaron a temblar y las lágrimas salían cual caídas de agua en una alberca. Un compás de espera en el recorrido y la mirada se fundía en su rostro. De repente, como si fuera un rayo que se refractó en un espejo, el corazón se iluminó y el cuerpo se llenó de calor.

Era la señal indicada para saber que nuestros pecados habían sido redimidos y que una vida nueva nos esperaba al salir del Santuario de nuestra Madre.

La emoción siguió latente por estar a los pies de la Virgen del Socavón, por tener la fortuna de estar un año más con vida y visitarla, porque Ella hizo el milagro, como todos los años, de darnos salud para llegar a sus pies.

En medio de ese hipnotismo, escuchamos las palabras del cura que decía: “¡Virgen del Socavón, ruega por nosotros!”. El ritual había sido completado y una vez más la emoción se apoderó de nuestro ser, para luego salir contentos del Santuario, tras haber recibido esa misteriosa bendición de amor y fe que brinda nuestra Patrona, la Virgen del Socavón.

Fuente: LA PATRIA
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