Un proceso formativo desde la vida

La categoría reflexiva de la vida se refiere al sentido pedagógico de la vida en el ámbito de la educación. El objetivo es diferenciar el sentido pedagógico de la vida en el proceso educativo mediante el dispositivo de la experiencia para transformar la realidad en que vivimos.

Inicialmente debemos estar conscientes, autoconscientes de la realidad en que vivimos. Esta realidad que vivimos es el sentido deshumano capitalista que corroe los valores como prácticas culturales que encaminan nuestra vida, un ejemplo, la facilidad de mentir para obtener ventajas e intereses personales. Entonces, la pregunta es ¿existe otro sentido de vida?, la respuesta es la existencia de diversos sentidos de vida. Ahora, tocaremos una sola, la experiencia como la vida misma problematizada que tiene el sentido pedagógico en la formación de los estudiantes.

EL DISPOSITIVO DE LA EXPERIENCIA.

La experiencia es la vivencia como el proceso de involucramiento del cuerpo, de la piel en la construcción del sentido de la vida y es la vivencia en ese atravesamiento del sentir un acontecimiento, un trabajo. Ese sentir del cuerpo, de la piel que recibe diversas sensaciones son fuentes de producción de los renovados conocimientos transformadores transformantes del sujeto y la renovada comprensión de la realidad.

La centralidad del planteamiento de producir los conocimientos a partir de la experiencia, la formación del sujeto desde la experiencia significa reemplazar o mejor dicho superar a los conceptos de competencia, calidad propuestas desde la modernidad euronorteamericana como herramientas de logro de una mejor formación. La superación no es causalista, clasificatoria sino es procesual, porque está en constante producción, revisión y evaluación. Este planteamiento consiste en desechar el modo de pensar que los acontecimientos consecuenciales tienen siempre una causa unívoca y consagrada como verdad absoluta y no hay otra alternativa epistemológica. Así también desechar el pensamiento de que la realidad está compuesta por clasificaciones de malo/bueno, competente/incompetente frente a la vida mercantil.

La experiencia como principio central de formación del sujeto significa sufrimiento y esperanza al mismo tiempo. Por un lado, comprende sufrimiento del sujeto porque trae consigo el recuerdo de los momentos de humillación, discriminación por ejemplo: cuando los padres rechazaban que sus hijos aprendan en la escuela las lenguas como aymara, quechua, guaraní, etc. porque el hablar esas lenguas propias asociaban a la experiencia de sufrimiento, discriminación realizadas por las clases dominantes del período republicano anclados en el "supuesto" grado de civilizado y moderno que implicaba el "hablar en español o castellano".

La experiencia vivida se constituye en la potencialidad y va constituyendo la dimensión de la esperanza. Así, hablar la lengua aymara, quechua, guaraní y otras devuelven un sentimiento de potencialidad valorativa como sujetos aportantes al mundo de vida. El aportar al mundo de la vida es estratégico para producir inicialmente conocimientos propios, que reflexionen nuestras problemáticas, las tensiones en las visiones de alternativas y proyecten un horizonte posible de un mundo comunitario de convivencia y de involucramiento.

La experiencia vivida en la política del período neoliberal, es cuando el partido político unipersonal, concentraba el medio de representatividad única desligando, cooptando a los sectores sociales que no se unían al partido político. Al contrario, la alternativa de la vida comunitaria plantea la participación directa, convergente y de manera rotativa en el liderazgo político y en las decisiones políticas de los sectores sociales en conformación comunitaria.

La conclusión es que en el proceso enseñanza aprendizaje ha estado presente la vida, tanto en el contexto neoliberal como en el plurinacional. La diferencia de la presencia de la vida en la educación fue el sentido en el que se incorporaba. No es lo mismo la vida para el paradigma neoliberal que para el sociocomunitario.

(*) Docente del Programa Especial de Licenciatura en Pedagogía, UTO