Miercoles 28 de enero de 2015
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El Presidente Evo Morales no ha presentado al país un “plan quinquenal”, como correspondía y como se solía hacer en décadas pasadas: un gobierno que iba a quedarse cinco años, pues debía anunciar al país qué proponía para ese lapso.
El Presidente se limitó a repetir cifras de años anteriores, sin aclarar que todas ellas habían sido marcadas por un incremento de precios de materias primas que ahora, casualmente, está llegando a su fin.
A cambio de eso, el vicepresidente ofreció un prospecto de lo que el Gobierno espera para los próximos años, prospecto del que el sector privado de la economía, el sector estatal y las cooperativas han sido excluidos, borrados, expulsados, repudiados.
Sólo las empresas comunitarias tendrán cabida en la Bolivia que propone el Gobierno, según la descripción hecha por el segundo hombre del país, el ideólogo, el intelectual, el pensador, don Álvaro García Linera.
Lo han criticado algunos columnistas y librepensadores por lo rancio de su pensamiento, rancio en el sentido de pasado de temporada, de producto con fecha vencida, de su propuesta, de la cual el Presidente Morales no parece tener conocimiento.