En el discurso informe presidencial surgió una invitación abierta a la oposición para que presente propuestas y se pueda trabajar de manera unida en pos del desarrollo nacional. La insinuación fue directa a los legisladores de las fuerzas de Unidad Demócrata y del Partido Demócrata Cristiano para que uniendo esfuerzos posibiliten una dinámica de mayor servicio a la comunidad.
El Mandatario insinuó “la necesidad de debatir, de escucharlos (a opositores), de conocer sus propuestas para seguir reduciendo la pobreza, propuestas para seguir mejorando la economía de nuestro país”.
En los círculos políticos la actitud presidencial puede significar una apertura a los debates abiertos y a respetar las propuestas de legisladores no oficialistas, como un modo de encarar la nueva legislatura del quinquenio en marcha.
Los legisladores de la oposición reaccionaron con dudas ante la invitación presidencial, aunque los jefes de bancada tanto de la UD como del PDC, coincidieron en su predisposición de trabajar en forma propositiva siempre y cuando sus colegas de la mayoría legislativa recojan en la práctica la invitación del Jefe de Estado, que en su primer discurso al tomar posesión de su tercer mandato convocó a la oposición a unir fuerzas por el país.
Entre las opiniones de parlamentarios opositores prevalece la posición del doble discurso del Presidente… muchas promesas sobre el particular y una mayoría incumplidas, por lo que reiteraron un pedido al Mandatario para que “hable con la verdad”, sabiendo que “la oposición está predispuesta a hacer un trabajo conjunto a favor de la población, proponiendo normas, mejorando otras y elaborando leyes que beneficien al país”.
Según la oposición y por lo que se ha observado en las gestiones pasadas, desde el Ejecutivo se envían al Legislativo “leyes empaquetadas” y la mayoría oficialista las aprueba sin dar lugar a debates y menos a escuchar propuestas de enmienda o sugerencias para mejorar algunas leyes, por lo mismo, esperan que la última invitación presidencial sea “recogida y puesta en práctica” por la mayoría oficialista.
La relación de fuerza en la actual conformación legislativa tiene para el partido de gobierno más de los 2/3, con 25 representaciones de 36 en el Senado y 88 de 130 en Diputados, lo que suma 113 curules en total, lo suficiente para que funcione la “aplanadora oficialista”, instancia que eliminaría la opción de un trabajo conjunto con la oposición.
El Jefe de Estado sin embargo exhortó recientemente a los opositores a “mantener la unidad, a seguir unidos. Todos tenemos derecho a tener diferencias ideológicas, programáticas, por lo que convocó a nuestros asambleístas a trabajar de manera unida para bien del pueblo”, fue una abierta invitación a la unidad, valga la redundancia, hecho que puede en la presente legislatura tener un efecto de cambio en la perspectiva de hacer una verdadera práctica democrática.
La oposición tiene asimismo la alternativa de formular propuestas y exigir el cumplimiento de la convocatoria presidencial, para que en función de intereses nacionales y no simplemente partidarios, la nueva legislatura haga práctica de plena democracia, lo que significará una muestra de mayor acercamiento entre los bolivianos a través de los legítimos representantes nacionales.
Algo importante, tendrán mayúscula responsabilidad en facilitar el cumplimiento de la invitación del Jefe de Estado, el presidente y la presidente de las cámaras de Senadores y Diputados, facilitadores directos para la participación abierta de legisladores oficialistas y opositores, en equitativa oportunidad propositiva que cambiará la mala imagen en el uso de la “aplanadora mayoritaria”.
Fuente: LA PATRIA
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