El delicado asunto de la devolución de regalías mineras de Oruro, transferidas irregularmente “por un error informático” del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) a la prefectura paceña, está tomando características muy serias sólo porque no se establecen las condiciones más adecuadas para efectuar la urgente reposición de esos recursos que hacen mucha falta en la administración local.
Se trata de un problema en el que han incurrido factores humanos y de cuya responsabilidad se hizo cargo el nivel ejecutivo del SIN, lo que ya es suficiente para establecer responsabilidades y exigir un arreglo que evite mayor perjuicio en los proyectos en curso de ejecución de la prefectura orureña que tiene compromisos de pago pendientes que deben ser cubiertos con los fondos que se distribuyeron erróneamente en varias cuentas.
Se han efectuado varias gestiones a nivel prefectural, reuniones con miembros del SIN, reclamos institucionales y finalmente de la brigada parlamentaria, pero lamentablemente con poca fortuna pues los fondos “distraídos” ya han sido utilizados –prefectura paceña– y se hace una propuesta para devolver los mismos en cuotas mensuales y durante un largo periodo de tiempo.
Lo que reclama Oruro es absolutamente justo y si ahora existen presiones con medidas radicales es producto de la poca seriedad de ejecutivos del SIN para enmendar de manera directa el problema que ocasionan en la administración de recursos y en este caso específicamente de regalías.
Qué significa este hecho, simplemente que nuestras autoridades no tienen que estar sujetas a determinaciones de la prefectura paceña, el problema es de responsabilidad directa del SIN y este organismo es el único que debe reponer los fondos mal distribuidos y que recupere más adelante y en las condiciones que estime necesario los fondos que entregó erróneamente.
No se trata ya de señalar montos sean los que fueren corresponden a Oruro y si los mismos se incluyeron en otras cuentas el error fue reconocido y por tanto lo único que falta es que el SIN haga uso de sus propios recursos para concretar una devolución al Tesoro Departamental, dejando para su propia gestión la recuperación paulatina de esos fondos como quiere devolverlos el prefecto paceño. Oruro exige la devolución de sus regalías en un sólo pago, tal como se las escamotearon.
Pero eso no es todo se exige además la regularización de informes -del SIN- sobre el manejo de las regalías mineras, reportes que según se anota en la brigada parlamentaria no han sido remitidos desde hace nueve meses atrás.
Algo raro sucede con el control de regalías recaudadas, su asentamiento correcto en las cuentas que corresponde y el reporte de abonos que debe ser mensual y no tardíamente, pues se trata de un movimiento financiero que no puede mantenerse sin “asientos” contables, oportunos y absolutamente claros.
Si hay medidas de presión para recuperar las regalías mineras de Oruro las consecuencias de tal actitud y los perjuicios emergentes de la irresponsabilidad del “error informático” deben ser cuantificados y sumados a las regalías que deben abonarse a favor de la prefectura orureña donde aún se trabaja parsimoniosamente en la recuperación de fondos regionales.
Fuente: LA PATRIA
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