En muchas oportunidades tanto el Presidente del Estado Juan Evo Morales como el Vice-Presidente Álvaro García Linera han puesto de manifiesto políticas de desarrollo socio-económico a partir de la economía del conocimiento como estrategia de fortalecimiento y potenciamiento del Estado Plurinacional de Bolivia.
La economía del conocimiento va en relación estrecha con el avance de la ciencia y la tecnología, con las políticas económicas, sociales y culturales de complementariedad en el camino de compartir solidariamente respuestas a problemáticas sociales y económicos emergentes, a través de los saberes y conocimientos propios, con los conocimientos científicos y universales. Este hecho tiene que ver con la producción de conocimientos propios, con la ética utilitaria de la ciencia y la tecnología, además con la prioridad social en la inversión económica en el conocimiento.
Es decir, vincular la globalidad social en los avances de la ciencia para el servicio de la humanidad en el proceso de construir equidad e igualdad social. El Sistema Educativo Plurinacional debe asumir una vital responsabilidad histórica en el proceso de transformación social, educativa y económica a partir de la necesidad de la alfabetización tecnológica, el fortalecimiento pedagógico desde la investigación y la producción de conocimientos transformadores en relacionalidad armónica y equilibrio con la Madre Tierra.
La investigación científica y tecnológica asociada a la innovación y producción de conocimientos constituye el rector de lucha contra la pobreza, exclusión social y degradación del medio ambiente. Este precepto legal (Ley 070: Fines), constituye la asociación de la ciencia social con la realidad vigente, con el conocimiento y su utilidad ética, con la democratización del conocimiento y su aplicabilidad en procesos de transformación social, económica y cultural. Es decir, se incide en el valor socio-económico del conocimiento y por tanto en las fuentes de generación de estos, en la pluralidad epistemológica y su vinculación con la filosofía de los pueblos indígenas y las culturas ancestrales.
Por lo tanto, la economía del conocimiento adquiere un interés económico-social, en la generación, producción y desarrollo del conocimiento utilitario, como en la creación e innovación de tecnologías universales y tecnológicas propias; constituye una decisión importante en la lucha contra la economía mercantilista como poder de sometimiento de las naciones. Es decir, invertir esfuerzos para transformar social y económicamente.
Liberarnos de la ciencia y la tecnología, no significa divorciarnos de ellas; sino, contrariamente expresa complementar nuestras necesidades con el aporte social productivo de ellos. El desarrollo de políticas educativas vinculadas con la investigación en la producción de conocimientos transformadores cimentados en la ciencia, tecnología y los saberes y conocimientos propios, debe tener una orientación pedagógica de relacionamiento con nuestras problemática sociales pedagógica constituyendo una herramienta de alto alcance social y productivo en la erradicación de los distintos niveles de la pobreza.
La economía del conocimiento entendida desde la concepción y transformación social incide en el mejoramiento de la calidad de vida y el crecimiento económico, en la industrialización de nuestras materias primas, como la creación e innovación tecnológica y la transformación de nuestra matriz productiva enraizada en la explotación y exportación de materias primas.
Se debe propender a la construcción de las ciudades del conocimiento, sociedades y comunidades de investigación, en el propósito de fomentar y potenciar el desarrollo de la diversidad de la ciencia, de los saberes y conocimientos, como de tecnologías propias en beneficio de la sociedad.
Mg. Sc. Licenciado
fevaib1234@hotmail.es
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