El título de esta nota lo es asimismo de una obra filosófica de don Jorge Siles Salinas, intelectual comprometido, boliviano patriota de los de a de veras, quien díjome, cuando le hablé de la Nación y los daños que se le infieren con el Estado Plurinacional, que pensaba exactamente lo mismo y, en silla de ruedas el contemporáneo de don Guillermo Bedregal, canciller éste y cónsul aquél cuando se enterró la opción Arica en 1987 a través de la negativa chilena a dicha errónea propuesta; y, decía, ofrecióme su ayuda en tan ardua empresa salvadora de la Nación. Este tipo de bolivianos es que se extrañan ahora.
El 22 de enero de 2015 está y estará en la retina de los bolivianos, está cual virus siniestro en la vida nacional por cuanto en este día se consumó la violación de la madre protectora que es la Constitución.
Esta fecha marca el inicio de un régimen conculcador e inconstitucional. Bien podríamos decir, con Daniel Salamanca refiriéndose a Hernando Siles, que el presidente Evo Morales ha justificado así las revoluciones que se harían en su contra. ¿Qué orden siempre amparado en la Constitución podría invocar si él mismo acaba de desgarrarla? Ninguno, ciertamente.
Un régimen inconstitucional no tiene legitimidad y no es digno de la consideración que todo pueblo debería tener para con su Gobierno. Antes bien, este pueblo queda emplazado para salir por los fueros de su dignidad que es la dignidad de la Nación.
El pueblo de Bolivia halla en su circunspección en la vida internacional y en su respeto y leal defensa de la Ley Suprema, sus solas características que le dan forma, realidad y sentido de ser, sentido de existir.
El estar-en-el-mundo (In-der-Welt-Sein) que decía Heidegger y refería Guillermo Bedregal para justificar sus luchas beneméritas, importa a su vez un compromiso con el co-estar-en-el-mundo el cual tuvo y tiene una forma en cada Nación, organismo espiritual y político, ésta forma ha sido en Bolivia límpida como dijimos: circunspección y lealtad. Esta forma debe vivir. Esta forma y realidad es la Nación a la cual debemos defender y así defenderemos también a la Constitución.
Las futuras generaciones, sobre las cuales tenemos alguna responsabilidad, no dirán que fuimos indiferentes ante la perpetración del ultraje porque hubieron, este día 22 de enero de 2015, cuatro bolivianos pertrechados en el Parque de la Unión Nacional, en Oruro de Bolivia, con la bandera boliviana sólo boliviana o sea Nación, flameando ante la perfidia de los poderosos, acaso la indiferencia de algunos y el silencio de otros.
Comienza la lucha permanente para salvar a la Nación y restablecer la corrección en el orden histórico y constitucional.
Emprenderemos, los bolivianos comprometidos con la Nación, una campaña ímproba por sembrar espíritu y consciencia en nuestros compatriotas, espíritu y consciencia de Nación y Constitución y juremos, bolivianos, destruir la destrucción mediante el recurso del Referéndum Revocatorio que nos franquea la Constitución.
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