Con el respaldo ciudadano de una votación del 61,3 por ciento en las elecciones de octubre del pasado año, Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera comienzan un nuevo lustro de gobernabilidad que se prolongará hasta el 2020 y convertirá al Presidente en el de más largo mandato continuo en el país.
El Primer Mandatario en su estilo particular de discurso, en la oportunidad de menor extensión que los pronunciados en anteriores posesiones de mando, efectuó una relación del “antes y el después”, en cuanto a hechos que consideró más importantes para mostrar el efecto del “cambio” introducido por su política considerada por él mismo como mayormente inclusiva y de respeto a los derechos ciudadanos.
Se trata de la tercera gestión del Gobierno que preside el ratificado mandatario y que abarcará un quinquenio de acuerdo al periodo establecido en la nueva Constitución Política del Estado, que por su duración obligó a mencionar algunas promesas que deberán extenderse en una agenda de intenso trabajo.
Entre los compromisos mencionados, el Presidente enfatizó en reducir la extrema pobreza a un solo dígito y comprometió su esfuerzo para que tres departamentos, Tarija, Oruro y Pando tengan el 100 por ciento de servicios básicos en el transcurso de este nuevo periodo de gobierno.
La posesión de los mandatarios se inició en una jornada previa que se cumplió en el Complejo de Tiahuanaco y bajo rituales especiales que permitieron “investir” al Jefe de Estado de un atuendo completo de pies a cabeza, significando una ceremonia de reconocimiento y agradecimiento a la Pachamama (la Madre Tierra), para dar fortaleza a quien dirigirá el país los próximos cinco años.
El Presidente Evo Morales en la puerta de Kalasasaya abogó por una “recuperación del pasado” reivindicando la cualidad marítima boliviana como un derecho ancestral de los bolivianos.
En su línea discursiva en la ceremonia oficial en el Palacio Legislativo, el Mandatario rememoró los hechos sobresalientes de las gestiones pasadas y los logros obtenidos en los nueve años de gobierno. Prevaleció el hecho comparativo del antes y ahora, pero de manera específica no hubo referencia al “mañana”, es decir a la política que se aplicará de inmediato para conjurar la crisis de los precios bajos para la venta de nuestros recursos naturales.
Si bien se conocieron cifras sobre el proceso bonancible de la economía nacional, no se conoció un esquema de acción para paliar los efectos de la crisis de precios, que como a otros países también afectará al nuestro, de manera especial si el precio del petróleo tiende a bajar a límites fuera de la previsión adoptada en nuestra economía, que por supuesto no es ni será la misma que permitió crear una reserva de espectacularidad financiera, reconocida incluso por las economías vecinas.
La época de los precios excepcionalmente altos ha pasado y ahora llega un tiempo de restricciones económicas que deberá enfrentar el Gobierno desde el mismo comienzo del quinquenio que marca su posesión en esta tercera gestión de tránsito político en el Estado Boliviano.
Hay desafíos importantes e ineludibles que deberán cumplir los gobernantes. Algo importante mantener la estabilidad económica del país, recuperar la institucionalidad de los órganos del Estado y su independencia, reformar el sistema judicial en breve tiempo, consolidar los proyectos del desarrollo sostenible y cumplir las promesas de “gobernar escuchando al pueblo”, con programas inclusivos y el uso equitativo de los beneficios que producen nuestros recursos naturales, gas, petróleo y minerales.
Fuente: LA PATRIA
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