Es increíble cómo pasa el tiempo, inexorable y sin contemplaciones, especialmente cuando se trata de un conjunto de promesas, deseos, buenos propósitos y planes elaborados en base a los que quedaron “colgados” del pasado año y que pueden reciclarse para la nueva gestión, con algunos cambios y un toquecito o más de maquillaje.
Casi siempre sucede lo mismo, al terminar un año y comenzar otro con mucha esperanza en que este será siempre mejor que el periodo agotado y gastado. Pero como transcurre el tiempo con tanta rapidez, es que mucho de lo que se anotó en la agenda de opciones, todavía no comienza y los primeros 15 días de este año, por lo menos en los sectores administrativos, se perdieron olímpicamente en una variedad de entredichos que alteraron las actividades, especialmente del municipio y de manera más reducida en la Gobernación.
Si bien se trata de algunos desajustes propios de un nuevo año electoral, no es menos cierto que los interesados en alcanzar los cargos de privilegio en el manejo de las instituciones públicas, incluyendo los Concejales y Asambleístas, no han perdido su tiempo, así lo demuestra su desenfado para presentarse en listas ciudadanas o partidarias, pero todavía sin apoyar su intención con un buen plan de trabajo.
A partir del día 22, comenzará una nueva gestión gubernamental y la misma estará acompañada de la acción legislativa que igualmente iniciará un delicado proceso de analizar, debatir y ojalá fuera posible, coincidir y convenir en aprobar leyes que sirven efectivamente a la colectividad, lo que permitirá pensar en una gestión que comienza con buenos augurios y propósitos para demostrar que el pueblo será escuchado y satisfacerá sus expectativas.
El equipo ganador inobjetable de las elecciones de octubre pasado, tiene la obligación de compensar –si vale el término– la confianza ciudadana expresada en el voto mayoritario, pero que tiene particular connotación al esperar una respuesta práctica a los grandes y pequeños dilemas que aún mantienen a la colectividad con serias dudas en el comienzo de otra gestión.
¿Cuáles son esas dudas? Comienzan con la necesidad de tener más fuentes de empleo para mitigar algunos focos de extrema pobreza; esto significa además la urgencia de aplicar medidas ecuánimes en lo que corresponde por ejemplo al derecho a trabajar con seguridad y dignidad, esto implica la creación de fuentes de empleo productivo que compitan con el contrabando y el comercio informal y que además elimine la distorsión impositiva entre un sector legalmente establecido que es severamente fiscalizado y una legión de comerciantes informales que se nutren del contrabando y son responsables de una millonaria evasión impositiva.
El tiempo pasa velozmente y en la última semana del primer mes, se espera que también se produzca un reajuste en el gabinete ministerial, entendiendo que cualquier decisión es potestad del Primer Mandatario, aunque se entiende que la máxima autoridad tomará en cuenta opiniones, exhortaciones y pedidos del “soberano”, sobre la continuidad o la sustitución de ministros, funcionarios responsables de ejercer sus cargos con discreción, respeto a los valores humanos, las leyes e instituciones.
Las promesas reiterativas de los candidatos oficialistas se cuentan en la comunidad desde que comienza la nueva gestión y se espera que la misma sirva para poner en práctica esos buenos propósitos de mejorar las condiciones de vida de los bolivianos, ansiosos de que los beneficios de las macro reservas lleguen a los bolsillos de los más necesitados y que se eliminen los actos de corrupción y de inequidad social.
Fuente: LA PATRIA
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