Lo que está sucediendo en buena parte de nuestro continente o definiendo mejor, en nuestra región, es un hecho preocupante para varios organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero de manera especial para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que observa el movimiento económico de los países que están en pleno ascenso y que pueden sufrir contratiempos con la baja de precios en las materias primas.
El ejecutivo del BID, Luis Alberto Moreno, formuló un llamado a los países de la región para que implementen y apliquen medidas que aseguren un crecimiento sostenible frente al delicado problema de la caída de precios de materias primas, que se produce en un escenario altamente competitivo en el que los principales protagonistas son las potencias industrializadas.
El ejecutivo del BID refirió que hay ciertas respuestas a la crisis, una de estas debe dirigirse a estructurar el crecimiento de orden interno, disponiendo reglas que permitan captar inversiones, las que luego deben servir para incrementar el sistema productivo en general, una condición que en los países desarrollados es la prioridad estratégica para fomentar el crecimiento y afirmar la economía.
Otra de esas respuestas tiene que ver con “profundizar la integración comercial y modernizar la infraestructura en general, caso de carreteras, servicios de salud y educación, de manera especial los servicios públicos, como saneamiento básico, agua y alcantarillado, energía eléctrica y calles apropiadas para facilitar el acceso a las urbanizaciones.
Una recomendación casi directa a nuestro país, señala que “los gobiernos también deben atender la informalidad laboral, la calidad de la educación, el limitado acceso a los servicios financieros y los bajos niveles de innovación en todo el sistema de la producción.
Lo manifestado por el ejecutivo del BID, está en estrecha relación con lo que pasa en nuestro medio, donde algunas carencias en la atención de servicios causan frustración en la comunidad, pese a que en el contexto económico de orden general, se mencionen cifras espectaculares que aseguran bonanza financiera, la misma que sin embargo no llega a las clases más necesitadas convirtiéndose este hecho en una las causas que todavía nos recuerda la existencia de un conglomerado que debe salir de la extrema pobreza.
El BID que maneja importantes indicadores económicos, tiene confianza en que la economía regional, es decir de América Latina y el Caribe puede repuntar en la gestión presente tras la desaceleración a finales del 2014.
La proyección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), apunta a una recuperación del crecimiento aunque sólo en el moderado porcentaje del 2,2 por ciento de promedio.
En todo caso la expectativa para el BID, como para otros organismos es que la crisis en los precios internacionales de materias primas no afectará con mucha severidad a ciertos países que tienen una economía de respaldo para enfrentar los vaivenes financieros, siempre y cuando el proceso de bajada en precios no se agudice y se prolongue.
En todo caso el BID espera una recuperación paulatina, siempre que se tomen en cuenta algunas de las recomendaciones planteadas especialmente las que deben partir de reformas estructurales que alienten las inversiones, que mejoren los índices de producción y aseguren la sostenibilidad de proyectos con presupuestos austeros y evitando despilfarros.
Fuente: LA PATRIA
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