Jueves 08 de enero de 2015
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Oruro tiene el privilegio que la naturaleza le otorgó en cuanto a la posesión de arenales, un espacio que se constituye en un gimnasio al aire libre, hasta donde llegan diversidad de deportistas para optimizar su preparación física.
Sin embargo, la contaminación a partir del depósito de desperdicios que generan las personas, se constituye en una amenaza, para los arenales de San Pedro y el otro pequeño que queda en la zona Este. En décadas pasadas, éstos últimos, eran un espacio para las excursiones, pero producto del “desarrollo” fue avasallado debido a que se construyeron edificios de diverso orden y fue reducido a un pequeño arenal.
En cambio, en la zona Norte, todavía se mantienen las dunas de arena, muy cotizadas por deportistas que incluso llegan desde otras regiones del país, para practicar ejercicios y fortalecer su formación física. En otros casos, empresarios y autoridades de otros departamentos de Bolivia, optan por llevarse ingentes cantidades de arena para instalar canchas u otros espacios de práctica deportiva.
De otro lado, la amenaza para los arenales está en la actividad humana. En diferentes sectores de los arenales, en medio de los tradicionales pajonales que caracterizan a éste patrimonio orureño, existe basura acumulada, en mayor cantidad botellas y bolsas plásticas, que tardarán entre 100 y 1.000 años en degradarse.
Fuente: LA PATRIA