Iniciado el nuevo año, se renuevan las esperanzas de mejores días, tiempo en el cual será preciso corregir lo malo hecho, mejorar lo bueno que se haya realizado y proponerse cambios en conductas que muchas veces han hecho tanto daño que han lastimado a muchos miembros de la comunidad nacional.
El Gobierno comienza su tercer período el próximo 22 de enero, un inicio que podría ser básico para buscar caminos ciertos al desarrollo nacional, pese a la crisis económica que sobrevendrá sobre el país debido a los precios bajos del petróleo que disminuirán nuestros ingresos en divisas y, además, el sector productivo aún no está preparado para encarar en debida forma su trabajo y la parte que le corresponde en la superación de los problemas.
Innegablemente, es cierto aquello de que entre lo posible y lo imposible está el hombre porque solo con la decisión, disciplina, eficiencia, trabajo y comportamiento conforme a la moral, la Constitución y las leyes, será posible avanzar por terrenos que permitan superar todos los problemas a presentarse; en otras palabras, habrá casos en que lo imposible hay que hacerlo posible con voluntad, coraje, unidad y responsabilidad.
Hay mucho que superar en lo que se refiere a la armonía y la unidad que deben reinar en el país debido a que no hay concordancia entre lo que piensa y siente el partido de gobierno y lo que piensan y sienten los partidos de oposición y ello se ve en las actuales campañas preelectorales para elección de gobernadores (prefectos), alcaldes y otras autoridades en marzo próximo. Todos están divididos y hasta en el partido de gobierno se han presentado escisiones muy graves porque la división carcome la “unidad monolítica” de la que hicieron gala a principios del actual régimen.
Todo muestra que los partidos no aprenden de sus propios errores y de las enseñanzas que han dejado otros procesos electorales y siguen en los mismos caminos equivocados porque cada uno, a su modo, está imbuido de soberbia y petulancia que los hunde más en los pozos de la discordia y, hasta haciendo gala de no poder hacer nada contra los contrarios, empiezan a asumir posiciones contra ellos mismos haciendo culto al dicho “divide y reinarás” pero lo están haciendo para hundirse todos sin distinción alguna.
El tiempo transcurrido desde el año 2006 tiene que haber dejado lecciones a las fuerzas políticas, económicas y sociales que deberían actuar con un mínimo de responsabilidad en lo que vayan a hacer en el futuro; de otro modo, la repetición de errores los llevará al pozo sin fondo de la anarquía con graves consecuencias para todo el país. ¿Será posible armonía y unidad de propósitos entre todos?
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