Por supuesto que no está nada dicho de manera oficial, pues sólo se trata de buenos deseos en la colectividad boliviana y en el nivel de las autoridades superiores de nuestro gobierno, sin descontar que en otros niveles, incluso internacionales, una posible mediación del Papa Francisco podría resolver de la manera más fraterna el injusto enclaustramiento boliviano.
La actitud mediadora del Pontífice en varios conflictos internacionales, pero de manera objetiva en el acercamiento de Estados Unidos y Cuba tras más de medio siglo de confrontación, es una muestra de las características innegables de pacificación y armonía que busca el líder mundial de la Iglesia para eliminar controversias entre países vecinos y hermanos.
El Presidente boliviano, se reunió con el Papa Francisco en el Vaticano e intercambiaron una serie de aspectos en una corta entrevista que fue aprovechada por el Jefe de Estado boliviano para formular una invitación al Sumo Pontífice para que visite el país.
Desde ya no hubo negativa en la instancia diplomática del Vaticano y se entiende que el carismático Papa Francisco fijará fecha para visitarnos en la presente gestión. La presidente de Chile, Michelle Bachelet junto a su colega argentina Cristina Fernández, también se entrevistarán con la máxima autoridad del Vaticano, aunque no se conoce ninguna agenda para reuniones reservadas.
Estos hechos que se dan en el ámbito de la alta diplomacia mundial y de manera especial con el Papa Francisco, ha generado una abierta preocupación en Chile ante una eventual mediación del Papa en el conflicto marítimo de Bolivia, alternativa no descartada y que podría significar el fin de un centenario problema y el cumplimiento de fines solidarios de integración y fraternidad.
El exmandatario de Bolivia Carlos Mesa, actual vocero internacional de la demanda marítima, señaló con mucho optimismo que “una mediación del Papa Francisco, siempre serena y sabia podría ayudar a que Bolivia y Chile desarrollen un diálogo en otros muchísimos temas”.
Hay otras opiniones de personalidades nacionales, el caso de diplomáticos, excancilleres del país, líderes políticos, empresariales y profesionales, además de analistas que coinciden en la expectativa que ha creado esa posibilidad (la mediación del Papa) para encontrar solución real al anhelo boliviano.
En tanto en Chile, la diplomacia y los líderes conservadores y radicales expresaron su preocupación ante una eventual intervención del Papa Francisco en el conflicto de la salida soberana al mar que plantea Bolivia de manera sostenida y que al no encontrar opciones de diálogo ha elevado su queja ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya para que sea esa instancia la que defina el establecimiento de una negociación abierta, amigable y respetuosa.
Para Chile no pasa desapercibida la estrategia boliviana ante la CIJ que dispondrá los alegatos en su escenario de La Haya entre los equipos jurídicos de ambos países, hecho que se ha fijado extraoficialmente para mayo próximo. Se adelanta que el Papa Francisco en su visita programada para julio del año en curso podría pronunciarse sobre la mediterraneidad boliviana, lo que daría un “golpe de timón” a las negociaciones, expectativas y resoluciones de la CIJ.
Todo puede suceder, nada está fuera de contexto, tomando en cuenta que las voces amigas y solidarias con Bolivia esperan que Chile corrija errores y escuche clamores para atender el justo pedido boliviano, instancia a la que podría añadirse la determinante mediación Papal.
Fuente: LA PATRIA
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