Domingo 04 de enero de 2015

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El año nuevo se abrió con las promesas que hizo en Brasilia la señora Dilma Rouseff de acabar con los corruptos que tiene Petrobras dentro de la empresa y con los enemigos que tiene fuera de ella.
Callado, nuestro Presidente Evo Morales estaría pensando en los problemas parecidos que tiene YPFB, con muchos corruptos internos, que deberán ser descubiertos por una comisión.
El socialismo del siglo XXI tiene una especie de debilidad con el sector petrolero; es su talón de Aquiles: Nicolás Maduro no sabe cómo darle oxígeno a PDVSA, Dilma no atina a revivir a Petrobras y Morales no entiende cómo los pecados de YPFB se han hecho públicos y están llegando tan cerca de su oficina.
La oposición brasileña ha respondido a la señora Rouseff diciendo que los corruptos que están matando a Petrobras fueron puestos por ella y su partido. Y que no venga a dárselas de correcta.
En Bolivia nadie ha hablado tan claramente, hasta ahora, sobre el origen de la crisis de YPFB que, como todos saben, no tiene relación solamente con la oficina de comunicación de la empresa en Santa Cruz. Esa podía ser sólo una cortina de humo para cubrir lo verdaderamente grande.