Una vez más el Gobierno muestra temores a las, ahora, llamadas elecciones subnacionales. Temores que no tienen razón de ser si vemos los resultados de la pasada elección nacional.
No obstante la cúpula masista, al parecer, quiere copar desmesuradamente todos aquellos espacios que ahora están en disputa. Seguramente el ideal masista es ganar todas las gobernaciones y asimismo todas y cada una de las alcaldías.
Los ideales legítimos son, eso nadie lo puede negar, pero el querer ganar el ciento por ciento (forzando las cosas) resulta antidemocrático, ya que no se estaría reconociendo aquello que consagra la mismísima Constitución respecto al derecho a pensar libremente y diferente.
Hay ciertas regiones en las que seguramente sus habitantes quieren tener una gobernación diferente, pero allí se tiende la trampa al convencer a alguien de la llamada oposición a pasar, ahora, a engrosar las filas del oficialismo, o se invita a desconocidos totales garantizándoles el enorme apoyo en recursos, publicidad y también en votación, porque la dirigencia de las llamadas organizaciones sociales ordena a las bases votar sí o sí por aquel que fue designado por el jefe, amenazando incluso al voto secreto.
ABSURDA MEDIDA
Así las cosas, las últimas determinaciones del organismo electoral de no permitir la candidatura de exparlamentarios o parlamentarias a las alcaldías, aunque no así a las gobernaciones muestran sencillamente un miedo irracional.
Algunos analistas políticos han advertido que la medida mencionada, parece haber sido hecha exclusivamente para algunos y algunas candidatas, tal el caso de la señora Rebeca Delgado en Cochabamba, quien al parecer podría causarle más de un disgusto al candidato oficialista, asimismo está el caso de Willman Cardozo en el Chaco o Maldonado en Potosí.
La medida se pintaba obviamente irracional y absurda y parece que acaba de ser desestimada por el Tribunal, que, no obstante, seguirá buscando otras condiciones para el tropiezo de las y los opositores, como aquello del tiempo de residencia en sus ciudades natales
COORDINACIÓN
Una democracia saludable, requiere unas elecciones límpidas y transparentes y un proceso preelectoral equitativo y abierto a todas y todos los bolivianos. Pero no parecen entenderlo así los personajes del Gobierno y el organismo electoral.
Si realmente hay madurez política en el gobierno central y si realmente hay fortaleza (así parece indicarlo el último porcentaje eleccionario) no se debería mencionar ni sugerir (¿amenaza?) respecto a la falta de coordinación que pudiese haber si algunas alcaldías son ganadas por la oposición.
El Gobierno tiene que tratar a todas y a todos por igual y quedar con la conciencia tranquila. Si llegasen a haber alcaldías que, por soberbia o excesivo rencor antioficialista, no quieren coordinar con el Gobierno, pues se atendrán a las consecuencias porque quedarán en total evidencia ante el pueblo que los eligió y que sabrá juzgarlos de manera mucho más eficiente que cualquier ley escrita.
DEMOCRACIA VERDADERA
Los días pasan raudos y las elecciones subnacionales están a la vuelta de la esquina. Esperemos que las campañas de moros y cristianos se desarrollen sin mayores tropiezos en lo elemental y lo básico. Claro que en cuanto a gastos, el abusivo, dispendioso y soberbio gasto de dinero caracterizará a las y los candidatos oficialistas. Entretanto la oposición tendrá que batirse casi en retirada, pero esgrimiendo como riqueza no monetaria, la dignidad y la consecuencia, que como valores aún válidos en el mundo actual mantienen la esperanza de preservar la democracia. Una democracia que, de todas formas, no podemos darnos el lujo de perderla nunca.
Incluso dentro del llamado "proceso de cambio" pueden darse otros cambios y aguardemos que así lo piensen las y los candidatos oficialistas, todo en aras de una práctica democrática verdadera y con altura.
(*) Licenciado en Comunicación Social
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