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Sábado 03 de enero de 2015

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Suplemento Policial

EL ALCOHOL Y EL VOLANTE

03 ene 2015

Cap. Jorge Orlando Saravia Jaldín

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El descubrimiento del alcohol, es muy remoto y ha sido un compañero inseparable del hombre en todas las razas. Estadísticamente produce más destrucción que los tres jinetes del Apocalipsis, el hambre la peste y la guerra. Los aztecas para combatirlo consideraban el alcoholismo como un delito grave, salvo que se registrara con motivo de una ceremonia y solo a los ancianos se les permitía beber cuando estaban al corriente con sus obligaciones tributarias.

En esa época al alcohólico reincidente se le sancionaba con la pena de muerte. En la actualidad, el alcoholismo está íntimamente relacionado con la criminalidad, pues bajo sus efectos se producen, riñas, homicidios, robos violentos, violaciones, accidentes de tránsito y es un factor criminógeno preponderante que no respeta raza, cultura, sexo, color, nacionalidad, edad, etc.

Sin embargo, bajo la complacencia de las autoridades, cada día se multiplican los expendios y cantinas con ventas de bebidas embriagantes, lo cual debe ser motivo de preocupación por las consecuencias de carácter social y criminológico que implican.

Es importante señalar que no es el alcohol el responsable del problema, sino la persona que abusa del mismo y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es una enfermedad, un problema médico y biopsicosocial. El alcohólico en etapa crónica pierde sus principios éticos, se vuelve mitómano, expone la estabilidad de la familia, agrede a los amigos, es ineficiente en el trabajo, origina pleitos con los compañeros y casi siempre pierde el empleo.

El alcohólico es un sujeto neurótico, un enfermo que toma para disminuir un estado de angustia pero que en vez de solucionar su problema lo agudiza. El señor alcohol es invitado especial en bautizos, bodas, fiestas, velorios. El alcoholismo de los padres provoca la delincuencia de menores, también existe una correlación directa entre el alcohol y los hechos de tránsito. Se ocasionan más muertes por accidentes de tránsito que en las guerras.

Las personas embriagadas, hacen cosas que jamás hubieran hecho si estuvieran sobrias, mientras más ebrios están, menos dominio tienen en sus acciones y en su conducta en general, pierden el sentido de responsabilidad y el dominio propio, adormece y narcotiza los centros del cerebro, da rienda suelta a las pasiones, se llena de elocuencia, pierde su timidez o complejo de inferioridad, se convierte en temerario, campechano desafía al más valiente, brinda los tragos, se transforma en un donjuán, no tiene freno, el alcohol ha adormecido los centros cerebrales, la parte animal se apodera de su personalidad, los centros que registran el cansancio dejan de funcionar, no siente fatiga. El alcohol y el volante están ocasionando múltiples muertes y es por eso que se aconseja que si bebe, no maneje y si usted maneja, no beba. El aumento constante de los accidentes generados por el alcohol, es alarmante. El licor se apodera del volante, el conductor borracho es una amenaza en la calle y en las carreteras y constituye un peligro máximo, es por eso que se aconseja que no se maneje por lo menos hasta cuatro horas después de beber.

Es mentira que borracho se maneje mejor. El borracho crónico no puede manejar y ocasiona menos peligro que el borracho moderado porque basta con beber algunas copas para que el chofer sufra las siguientes consecuencias:

1. Se destruye el sentido de precaución, 2. Disminuye su tiempo de reacción, 3. Le afecta la vista, tanto para la distancia como para lo ancho en el campo visual, 4. Cree que puede guiar su carro mucho mejor que antes de beber, lo cual es falso.

El alcohol lo vuelve audaz y confiado. El sujeto que está borracho a veces se da cuenta de su incompetencia para manejar, pero el moderado piensa que está completo y puede rebasar las curvas y dar vueltas a toda velocidad, por lo cual es más peligroso. Se olvida de la precaución y retarda también los tiempos de reacción, requiere más tiempo para que la señal de peligro se registre en el cerebro y para que transmita la acción al pie que está sobre el freno. Dicen los que saben que bastan dos vasos de cerveza para alterar su conducta, el bebedor ocasional o moderado es el que produce más accidentes, es decir el que toma unos tragos puede ser dos veces más peligroso como chofer, que el bebedor crónico porque este último está imposibilitado para manejar porque está completamente borracho. Es alarmante el gran número de accidentes o hechos de tránsito que se registran en el mundo como producto de ingesta de bebidas alcohólicas, y a diario nos damos cuenta de personas que pierden la vida en plena edad productiva por hechos de tránsito, es por eso que la gasolina y el alcohol no deben mezclarse.

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