Han transcurrido los últimos días del año 2014, y tras los cánticos navideños y el intercambio de regalos, los deseos de paz y amor que reavivaron entre los hombres y mujeres sentimientos de solidaridad, revitalizando la fe en la imagen del naciente Hijo de Dios, hecho hombre por amor a la humanidad, volvemos a la otra realidad que nos muestra el fin de año, de la gestión, del periodo de esperanzas y de ilusiones con algunos objetivos cumplidos, pero con una buena cantidad de frustraciones, sin perder la esperanza de mejores días.
Ya nos referimos en otro comentario de esta misma columna a la insatisfacción de bolivianas y bolivianos en el logro de proyectos que no se concretaron y alguno que otro que se definieron positivamente. Una buena cantidad de esperanzas, queda en la lista de “pendientes” para la próxima gestión.
Comenzará este nuevo período, otro año al que se lo recibe con cariño, como a un nuevo ser que nace y necesita de la ternura humana, el año crecerá, avanzará e irá imponiendo sus propias características, en base al trabajo y las perspectivas delineadas por quienes se hacen cargo de la conducción administrativa de todo el proceso que significa un nuevo año de gestión.
Al comenzar el año se establecen ciertos planes y se fijan metas que a veces resultan difíciles de alcanzar, dependiendo todo del esfuerzo, capacidad y voluntad de ciudadanos hombres y mujeres que asumen el reto de servicio a la comunidad, de ahí que la vivencia es de esperanza en el nuevo año.
Hay cifradas esperanzas en un cambio de actitudes de la clase dirigente y en mejores opciones para la colectividad, en función a sus reales necesidades y no simplemente en el desarrollo de programas de maquillaje o en tareas de “parche” que no son soluciones efectivas a los problemas del diario vivir.
Anhelamos también que en este año 2015 se reavive en cada ciudadano el sentido de la solidaridad, la fraternidad que permitan desarrollar ideas y planes constructivos, resultado de la capacidad de crear bienestar y seguridad ciudadana, que son elementos muy requeridos y poco atendidos.
No es la oportunidad para un recuento de pedidos, es más bien la ocasión para sensibilizar a los políticos en la obligación que tienen de responder a la demanda ciudadana en toda la dimensión de los requerimientos y las posibilidades de hacer realidad muchos sueños y demasiadas ilusiones.
Hay tantas cosas importantes en la perspectiva de un año que comienza y que tendrá otros 365 días para practicar bondad, benevolencia y comprensión, las formas más próximas al cumplimiento de lo trazado, lo planificado con sencillez pero al mismo tiempo con capacidad y alta responsabilidad.
Es necesario que cada persona busque la realización de sus anhelos que de manera común son aquellos que giran en un eje vital de realizaciones y no pocas frustraciones, pero que ganan en efecto cuando la fe y la esperanza predominan en la conciencia humana en busca del éxito deseado.
La Gracia Divina nos permite iniciar otro año, otra etapa de vida, otro tiempo de posibilidades para servir y para recibir, por lo mismo el deseo común es que principalmente se mantenga la unidad de los bolivianos, se fortalezca la de los orureños y que en cada familia crezca el sentimiento de comprensión y de respeto a los derechos ciudadanos, en un ambiente de paz, justicia y libertad. Que este nuevo año sea de menos frustraciones y de mayores realizaciones.
Fuente: LA PATRIA
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