Tecnología ancestral para comunidades alto-andinas de Bolivia
• César Choque Illanes
El agua es un recurso natural limitado, de utilización amplia y esencial para la vida, cuya pérdida de calidad puede ocurrir rápidamente, razón por la cual debe ser preservada en cualquier circunstancia de suministro que se presente.
La utilización de agua de lluvia ha estado presente por muchas generaciones como una forma de suplir las necesidades de agua para diferentes usos como la agricultura, la ganadería y el uso doméstico. Aunque por mucho tiempo ha sido relegada para las diferentes actividades, en las últimas décadas esta práctica ha venido recobrando fuerza e interés.
En la actualidad se ha incrementado en nuestro país de manera significativa; principalmente en la región alto-andina donde existe escasez de agua durante la época de estiaje. Pero en ciertas regiones del mundo nunca se ha dejado de utilizar este recurso hídrico debido a la escasez de otras fuentes.
Según varias investigaciones diferentes formas de cosecha de agua de lluvia se han utilizado a través de la historia de la humanidad en el mundo; pero estas tecnologías ancestrales se han empezado a publicar recientemente. Por ejemplo, en el desierto de Negev, entre Israel y Jordania, se descubrieron sistemas de captación de lluvia que tienen 4.000 años de antigüedad, donde los antiguos colonizadores encauzaban el agua de las montañas a las partes bajas para irrigar cultivos.
En las zonas altas de Yemen, donde las lluvias son escasas se encuentran edificaciones (templos y sitios de oración) construidos antes del año 1.000 de la era cristiana, que presentan patios y terrazas utilizadas para captar y almacenar agua de lluvia.
En la meseta de Loess, provincia de Gansu en China se han hallado pozos y jarras para la captación de agua de lluvia con 2.000 años o más de antigüedad. Asimismo, en Irán siguen existiendo los "abarbans", que son sistemas tradicionales locales para la captación y almacenamiento de la lluvia.
En América Central se conoce el caso de los mayas en Yucatán que al pie de la montaña Puuc, cosechaban el agua de lluvia y almacenaban en "Chultums", que eran cisternas excavadas en el subsuelo e impermeabilizadas con yeso. El agua la utilizaban para riego y abastecimiento de la población.
Varios siglos después los sistemas de cosecha del agua de lluvia, en diferentes partes del mundo disminuyeron debido a la preferencia de métodos y obras para la utilización del agua superficial y subterránea, como presas, acueductos, pozos y sistemas de irrigación.
En épocas recientes, el crecimiento acelerado de la población mundial está ejerciendo presión sobre las fuentes de agua; sin embargo, en los países limítrofes la cosecha y aprovechamiento del agua de lluvia se está expandiendo; particularmente en zonas áridas y semiáridas, donde la escasez de agua se traduce en sequías prolongadas.
Para lograr éxito en cualquier proyecto de cosecha y aprovechamiento de agua de lluvia, sería importante considerar aspectos, como la educación, concientización y capacitación de los usuarios, que permitan desarrollar en las comunidades rurales la cultura del uso y manejo eficiente del agua de lluvia con fines domésticos y productivos.
La cosecha de agua de lluvia es factible tanto en el aspecto técnico como económico dentro de las comunidades alto-andinas con más posibilidades de éxito, con objetivos, estrategias y características de diseño que atiendan mejor las necesidades de la población rural.
Por tanto, es una tecnología ancestral que puede contribuir a la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático actual; de lo contrario los agricultores tradicionales no podrán contar con agua necesaria para la producción de alimentos.
(*) Ingeniero Agrónomo, Diplomado en Permacultura y Cosecha de Agua Pluvial
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