Miercoles 31 de diciembre de 2014
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Editorial y opiniones
Economía de palabras
El taladro venezolano
31 dic 2014
Humberto Vacaflor Ganam
Mi amigo Hugo Delgadillo Olivares, finado ya, autor de la primera noticia sobre la presencia de la guerrilla del Che en marzo de 1967, solía usar un taladro a pedal en sus afanes de dentista itinerante por las provincias de Chuquisaca.
Fue cuando estaba haciendo de dentista en la plaza de Muyupampa que, el Toscano, dejando a un paciente con la boca abierta, tomó las fotos e hizo las entrevistas a los tres primeros prisioneros del ejército boliviano, Regis Debray, Ciro Roberto Bustos y Erick Roth.
Esas fotos salvaron la vida de los tres prisioneros, aunque al ritmo de aquella época, porque el rollo me lo mandó a Camiri, de donde lo llevé a Santa Cruz, lo hizo revelar Henry Dorado, y los negativos fueron enviados a La Paz, donde se perdieron por unos días.
Ahora, el Toscano hubiera podido enviar las fotos desde Muyupampa por Whatsapp, y los prisioneros la hubieran pasado mejor.
En fin, son detalles que están en mis recuerdos.
Un taladro a pedal parecido al del Toscano podía usar YPFB en Lliquimuni en lugar del taladro venezolano que llegó hace siete años y que hasta ahora sigue chalinga, aunque generando un jugoso alquiler por día. Nunca un taladro (chino) había sido recibido con tantos discursos y tanta demagogia, como recordarán los vecinos de Patacamaya.