Dadas las condiciones en que comienzan los aprestos electorales para otros comicios que se cumplirán en nuestro país a fines de marzo venidero, es necesario llegar de algún modo al sector político en general que dispondrá sus candidatos sean estos oficialistas u opositores, en todo caso lo importante es que por tratarse de otra versión selectiva, la gente espera que los postulantes estén más cerca de sus necesidades.
El hecho es que en las pasadas elecciones las propuestas fueron de orden general, es decir aquellas que están referidas a los grandes proyectos en el orden productivo y el crecimiento nacional, consignando algunos llamados macro proyectos que de todos modos implican beneficios a la economía boliviana y se entiende su distribución porcentual en los departamentos.
Tomando en cuenta que la elección de marzo servirá para nominar a las autoridades que se encargarán de planificar y desarrollar los proyectos que son necesarios en las ciudades y por el otro lado en las provincias, la decisión que sea expresada en el voto, tiene otra connotación de mayor proximidad entre la comunidad y los postulantes a los cargos de gobernación y sus asambleístas y los de alcaldes o alcaldesas y su Concejo Municipal, más gente y más responsabilidad electiva para que se logre buenos resultados de trabajo conjunto, por encima de los intereses sectarios o meramente partidistas.
Hay cierta coincidencia en las propuestas de los primeros candidatos a las alcaldías, cuando proponen soluciones a los problemas del transporte público, el respeto a los derechos ciudadanos en el uso de las aceras, espacios que han sido invadidos por el comercio informal, además imponer un trabajo más objetivo de la Policía en retenes especiales que otorguen seguridad ciudadana.
Algo que sin embargo deberían encarar de manera conjunta, municipio y gobernación, es el proyecto prioritario de saneamiento básico, de modo que en las ciudades todas, absolutamente todas las urbanizaciones tengan agua y alcantarillado, energía eléctrica domiciliaria y alumbrado público, vías de acceso habilitadas todo el año y áreas de esparcimiento, esas son prioridades que no pueden omitirse en los programas electorales, pero algo importante, el asunto no se trata sólo de menciones, sino de planificar adecuadamente la dotación de esos servicios primarios, base de una vida sana y segura para cualquier comunidad.
Si las propuestas para las elecciones generales comprendían planes de orden económico en función de las necesidades del Estado, la estrategia de obtener más recursos y distribuir la riqueza generada por la exportación de nuestros recursos naturales, en el orden subnacional y en cada departamento, dependerá de la responsabilidad de autoridades locales sobre el manejo de los propios recursos, los beneficios directos y luego la redistribución de esos beneficios de forma proporcional entre todos los hermanos bolivianos.
Estamos en el tiempo preciso de recordar a los candidatos la obligación que tienen de elaborar y mostrar programas que respondan a las necesidades de la gente de la ciudad, de los barrios periféricos y de las provincias, de modo que este contingente que decide con su voto, tenga la oportunidad de evaluar y poner en la balanza de la realidad aquellas propuestas que signifiquen soluciones y no sean simples enunciados electoralistas.
Las elecciones de marzo son realmente complicadas para los candidatos que deben tener propuestas concretas y los electores que en base a sus requerimientos perentorios podrán definir las mejores ofertas. El pueblo tiene que encontrar sin equivocarse a las mejores autoridades.
Fuente: LA PATRIA
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